Le avala su gestión

Aznar tiene algunos enemigos y muchos detractores, pero muy pocos pueden decir de él que cuando gobernó gestionó mal. El ex presidente recordó ayer en Valencia que su gran ambición fue la de hacer de España una de las mejores democracias del mundo. Casi lo logró. En lo económico, desde luego. Y en proyección internacional, también. Recordó, con tono de resignación, que si en los últimos 30 años España alcanzó una modernización sin precedentes, ahora las cosas no van igual. En enero del 79 se convocaron las primeras elecciones constitucionales. En enero del 89 presidimos por vez primera la CE. En enero del 99 entramos en el euro. En enero de 2009, sin embargo, el escenario es de frustración, no sólo por la crisis económica, sino porque se ha roto el consenso de la transición, hay enfrentamientos territoriales preocupantes, y una problemática institucional evidente. Desde la autoridad que le confiere el haber levantado un país en el que el paro rondaba el 23 por ciento, con un déficit cercano al 7, una deuda de casi el 70, y una inflación del 5, José María Aznar dice que la salida a la recesión no puede abordarse con medidas cortoplacistas sino con reformas profundas en presupuestos, fiscalidad, empleo, energía y liberalizaciones. También con cambios políticos. No deberían caer en saco roto los consejos de quien, contra todo pronóstico, logró para España objetivos antes ni tan siquiera imaginados.