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«Lo irreverente no siempre vale»

El presentador reconoce que, «aunque está mal decirlo, yo no suelo encajar bien las bromas»
El presentador reconoce que, «aunque está mal decirlo, yo no suelo encajar bien las bromas»larazon

Llegó hace seis meses a Europa FM después de siete años despertando a los oyentes de Los 40 con sus irreverentes bromas telefónicas. Ahora está dispuesto a que el próximo Estudio General de Medios (EGM) suba como la espuma y de paso, como les ha prometido un directivo de la cadena, se den un homenaje en forma de viaje a la Toscana...– Tras siete años en «Anda ya» de Los 40 ¿qué le llevó a cambiar?–Son etapas que se van cumpliendo. Tengo muy buenos recuerdos de cuando estuve con Juanma Ortega, con quien aprendí muchísimo, pero el año pasado no disfruté, no estaba a gusto y era necesario un cambio. En Europa FM he recuperado la ilusión y las ganas de hacer radio.–¿Qué le pasó el último año?–Dejó de gustarme lo que hacía. Y, si tienes que levantarte a las 4:30 horas para hacer humor y te aburres, es mejor que te vayas si tienes otras opciones.–Creo que tenía tantas ganas de trabajar en Europa FM que después de reunirse con sus actuales jefes hizo una promesa.– (Risas). Sí, sí, hice como Luis Aragonés, que dijo que si se ganaba la Eurocopa se iba a hacer el camino de Santiago. Pues yo prometí que si me contrataban haría el camino de Santiago. Así que dejé el relax de Formentera para irme a patear el norte.–¿Hay alguna diferencia del papel que desempeña en «Ya te digo» con el que realizaba en «Anda Ya»?–Soy el mismo. Allá donde vaya soy la mosca cojonera y el que dice lo que la gente piensa y no se atreve a decir. Aquí tengo mucha libertad y estoy volviendo a hacer lo que quiero. Sé que hay emisoras en las que no podría trabajar porque tengo un humor un poco irreverente.–Algunos padres, que llevan la radio puesta mientras llevan a sus hijos al colegio, se han quejado de las barbaridades que se escuchan por las mañanas. ¿Cuidan este aspecto en «Ya te digo»?-Tenemos una parte del programa que nosotros llamamos «la hora blanca», hasta las nueve de la mañana, en la que sabemos que nos tenemos que cortar un poquito más. Después aprovechamos que los niños están en el cole para meter «sketchs» y secciones más picantes.–¿Cómo tiene ganas de reírse y de hacer reír a los oyentes pegándose esos madrugones?–Te terminas acostumbrando. Cuando tengo la primera reunión (a las 05:30h) ya llevo un par de cafés encima.–¿Le gustaría cambiar de franja?–Puede que sí, pero todavía soy animal de «morning show» y, a pesar de mis 37 años, los jefes todavía me ven cañero para levantar a la juventud, aunque he de reconocer que me gustaría acostarla.–¿Le han devuelto alguna de sus bromas?–Está mal decirlo pero yo no suelo encajar bien las bromas, porque no me gusta que me llame gente que no conozco por teléfono. Un día que habíamos estado hablando de Chenoa, que es amiga mía, una oyente llamó y bromeó con el tema de que Chenoa y yo estábamos liados. Y mis compañeros, como yo no hacía más que repetir que era falso, después del programa llamaron diciendo que eran de «Está pasando». Al principio no me lo creí del todo y estuve a punto de mandarlos a hacer puñetas, pero la redactora me hablaba con mucha educación y me corté. Empezaron a decir que había fotos, me calenté y cuando me dijeron que eran del programa los mandé a hacer puñetas, les colgué y al día siguiente, los muy mamones, la emitieron.