Cine
Los Goya dan el cante
Los temas deben ser originales. Pero uno es de 1933 y el otro viene de un estribillo ya usado. Un error que no suena bien.
MADRID- Se va acercando la noche de los Goya, y la Academia parece ir bien servida de la ya habitual polémica anual. Primero fueron los cortometrajistas: que si se les deja fuera de la gala para abreviarla, que si luego se da marcha atrás ante las protestas... Luego el premio a la Película Europea, retirado porque en general las «estrellas» no acudían a recogerlo. Ahora llega la penúltima de 2007: la Academia retiró el martes por la tarde a dos finalistas en la categoría de Mejor Canción Original por no cumplir con las bases: «Gloomy Sunday», de «La caja Kovak»; y «Esa luz», de «Mataharis».
Un original... de 1933
Las canciones debían estar escritas y compuestas específicamente para el filme. El caso de «Gloomy Sunday» no deja lugar a la discusión: se trata de un clásico célebre de 1933 y arrastra fama de «canción maldita» desde que fuera escrita por el húngaro Rezsö Seress (dicen que oírla incitaba al suicidio a los amantes melancólicos que la escuchaban). El tema ha conocido versiones de Billie Holliday, Elvis Costello y Björk, entre otros. Aun así, pasó el primer filtro de la Academia.
Generalmente, explicaban ayer fuentes de esta entidad, las productoras envían una ficha con las aspiraciones de cada filme a los premios. Ahí se produce la primera «criba». A continuación, los académicos votan y eligen las nominadas. Hay una nueva revisión –ahí es donde han «caído» estas dos– y se envían las papeletas para la votación final.
«Muchas veces la gente no rellena bien la ficha, no por mala intención, sino por error», explicó a LA RAZÓN la directora gerente de la Academia, Ana Arrieta. Y disculpaba que se «colara» el tema de 1933: «Son seis personas para revisar 146 fichas. Es fácil ver fallos, y captamos muchos, pero hay algunos muy técnicos».
Pero el segundo caso no es tan flagrante: «Esa luz» sonaba ya en «La noche del hermano»: Luis Tosar la entonaba en una discoteca. Incluso, es cierto, aparecía en sus títulos de crédito con el mismo nombre. Pero, según explicaba ayer Santiago García de Leániz, director ejecutivo de La Iguana (la productora de «Mataharis»), en aquella cinta «sólo sonaba cinco segundos. Luis Tosar tarareaba el estribillo: tres frases, sin partitura, improvisando la música, y en tono de copla». De ahí a la escuchada en «Mataharis», que suena en una verbena, como bolero y completa, cuenta Leániz, ha habido un proceso de reescritura, de composición... Sin embargo, la Comisión de Música de la Academia interpretó que no era suficiente.
García de Leániz ve tan claro que no es la misma canción que va a protestar ante la Academia. Aún no lo ha hecho, pero es que, explica, «no me lo han comunicado por escrito, sino verbalmente». De hecho, lo que ha «irritado» al productor fue que se le comunicara la decisión el martes a las 19:30 h. «No tuve derecho a réplica, me dijeron que ya no se podía hacer nada porque las papeletas para la votación salían al día siguiente». Incluso, asegura, se ofreció a que un perito examinara ambas versiones. Pero Arrieta recuerda que, «en caso de conflicto, la Academia es el único órgano capacitado para interpretar las bases. Y sus decisiones son inapelables». Ni siquiera en un caso discutible o ambiguo como éste. La Academia lo tiene claro: «No hay ambigüedad. Lo han visto seis personas, y la decisión ha sido en pleno. El estribillo ya existía: no ha habido duda».
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