
El «aquelarre» etarra
Los que jalean a los terroristas

Aunque la decisión no es definitiva, parece que en la Audiencia Nacional prevalece la idea de que determinados actos de homenaje a presos etarras no suponen colaboración con la banda. Curioso, desde luego. Y discutible, por supuesto.Entiendo la naturaleza de los derechos fundamentales en la Constitución. No habría democracia sin libertades de reunión, manifestación y expresión. En caso de duda debe prevalecer el derecho frente a limitar su ejercicio. Eso es democracia. Pero también lo es que todos los ciudadanos tengan garantizada su seguridad. Y eso será imposible mientras ETA conserve respaldo público. Porque con ETA en activo no cabe hablar de ejercicio de derechos sino de abuso de los mismos.Es una cuestión espinosa, pero el hipergarantismo jurídico al final refuerza el terrorismo. Ningún derecho constitucional puede usarse contra la libertad de los demás. Es cierto que están garantizadas las libertades incluso de los que tienen opiniones que se salen de la Constitución. Pero eso no incluye a los que matan, extorsionan, secuestran e insultan. Esos presos a los que se homenajea y para los que se pide un traslado a sus casas no son delincuentes de opinión, sino asesinos confesos. También lo son, por definición, quienes los apoyan de cualquier modo. Y para eso no debe haber ni derecho ni libertad. Lo que está en juego no es la carrera de ningún juez, sino la libertad de las víctimas.
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