Sevilla

Ricardo arranz: «Marbella no es un bloque de ladrillo está empezando su crecimiento»

Ricardo arranz: «Marbella no es un bloque de ladrillo; está empezando su crecimiento»
Ricardo arranz: «Marbella no es un bloque de ladrillo; está empezando su crecimiento»larazon

El lema de la Federación Andaluza de Urbanizadores y Turismo Residencial es Andalucía, un lugar para vivir. Si viven aquí, ¿dónde irán de vacaciones?

 

–Realmente, lo que hacemos es urbanizar campos de golf y hoteles donde construimos para el disfrute de una casa durante cortos periodos. Empiezan viviendo en un hotel e invierten en una vivienda o un apartamento hotelero, evitando así problemas de comunidades, robos...

 

–Esta Semana Santa los resultados del sector han mejorado los del pasado año. Hay que salir aunque sea al pueblo de enfrente...

 

–Se esperaban peores y, sin ser nada extraordinario, se han superado. En el turismo residencial han primado las reservas a última hora, igual que en los campos de golf donde además hemos notado que empieza a haber una intención de compra, eso sí, buscando siempre el chollo (entre un 25 y un 30 por ciento por debajo del precio de tarifa).

 

–¿Cómo ha afectado al mercado de la segunda vivienda?

 

–La situación aquí es muy mala, llevamos con resaca desde hace cuatro años, sin vender una propiedad, resintiéndonos más allá de la crisis del país. Con la «Operación Malaya» se paralizó y, dentro de la desgracia de estos escándalos, sacamos de positivo que desde entonces no se conceden licencias.

 

–¡¿Pero queda suelo libre?!

 

–Marbella y su entorno tienen muchas posibilidades de crecimiento de la autopista hacia arriba. Otra cosa es que ahora mismo con el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA) se haya podido restringir. Marbella, respecto a la Costa Azul, está empezando, aunque en ciudades como Cannes está mejor tratado el medio ambiente.

 

–¿Las «ciudades de vacaciones» son ahora «fantasmas»?

 

–No, porque no hay prácticamente stockaje, lo serán las grandes promociones hechas en Murcia y el Levante. En Marbella no se nota eso en ninguna urbanización, sigue habiendo cierta actividad de construcción y reforma, pasa en muchos municipios.

 

–Algo de ladrillo sobra.

 

–Creo que es una crítica que se hizo al «gilismo», pero la «Malaya» para el «boom» bastante grande que hubo. Decir que es un bloque de ladrillo... no es así. Todo es comparable, por ejemplo, Florida está llena de torres de 60 pisos; Marbella tiene muchísimos campos de golf, mucho verde, se ha construido bien. Le doy un dato: tiene más de 30.000 casas por encima del millón de euros y otras tantas que cuestan más de 300.000. La riqueza de esa gente que ha hecho de esta ciudad su segunda casa ha propiciado que Puerto Banús sea un referente para las grandes boutiques de moda, comparable a París y más importante que Madrid. Es una marca respetada en el extranjero, la tercera de España antes de los escándalos –por detrás del Real Madrid y de Zara–; este año es la quinta.

 

–Defiende el turismo residencial como un pilar básico de la industria.

 

–Es la más importante de Andalucía, la que más riqueza y empleo ha generado en los últimos diez años, de las pocas que quedan.

 

–Pero ha sido a corto plazo porque todos esos empleos han sido los primeros en destruirse.

 

–Porque se ha parado. Toda la gente que ha comprado viviendas genera, por ejemplo, billetes de avión, lo que ha redundado en una segunda pista para el aeropuerto de Málaga. La industria no ha muerto, sólo ha destruido una parte. Yo tengo tres campos de golf con cien personas trabajando en su mantenimiento, otras setenta en restaurantes, vestuarios... Hay un empleo estable porque vendemos a un turista «cautivo».

 

–En la apertura de Surban ‘09, el consejero de Vivienda dijo que «lo único que se necesita es recuperar la normalidad crediticia».

 

–Tengo muchas esperanzas en él porque ha aprendido a conocer el negocio, pero estamos perdiendo un tiempo de crisis maravilloso para diseñar qué se quiere hacer con Andalucía. Después se tendrá que elaborar deprisa y volverán los escándalos...

 

–¿El futuro para el ámbito vacacional es la multipropiedad?

 

–No exactamente, pero puede ser algo similar. Estamos mutando las urbanizaciones, haciendo hoteles con apartamentos residenciales en vez de casas. Eres dueño absoluto pero cuando no lo uses lo explota la cadena, un producto mixto de inversión y disfrute. Y da prestigio a la hora de venderlo.

 

–¿Se sobrelleva el parón?

 

–En las grandes propiedades no hay problema, se están haciendo operaciones tremendas. Está sufriendo el intermedio, ya no se vende ni al que no te piensa pagar. Nos acostumbramos a despachar pan: unos hacían pisos y la gente venía a comprarlos. Eso hay que cambiarlo, sobre todo cuando la barra está a 300.000 euros...