Nueva York
Naomi pisa fuerte
Pasa el tiempo, pasan las crisis y su caché permanece. Por eso ha negado que vaya a jubilarse para ejercer de esposa de su millonario novio.
Le han querido prejubilar sin negociar siquiera las condiciones en las que quedaría después de un cuarto de siglo de trabajo. Y, claro, ella se ha negado. Hace unos días, la diosa de ébano se despachó con unas declaraciones en las que aseguraba que estaba decidida «a formar una familia», junto a su novio, el millonario ruso Vladislav Doronin. «No me veo desfilando en todas y cada una de las pasarelas y en todos los lugares. Soy mujer y me gustaría ser madre algún día», comentó a periodistas británicos. Esta afirmación fue entendida por como una declaración en toda reglar de una retirada inminente, sobre todo teniendo en cuenta que la «top» británica no se cansa de comentar en su círculo íntimo de amigos que está «loca por tener un bebé». Sin embargo, Naomi Campbell, que cumple 39 años el próximo 22 de mayo, ha querido desmentir de forma categórica que su pasión maternal implique que vaya a abandonar la pasarela. Mucho por hacer«Naomi no se retira. Ella está enamorada de su trabajo y no tiene planificado dejar la moda», aseguró ayer el representante de la modelo, que garantizó además que Campbell celebrará por todo lo alto sus 25 años de profesión, que se cumplen en 2010. De hecho, los homenajes a la «top» podría decirse que han comenzado. Ella misma cortó el pasado mes de diciembre en Miami la cinta una retrospectiva que recoge 250 instantáneas tomadas por 35 fotógrafos especialistas en moda que han seguido a la británica por medio mundo. Durante la inauguración, como hiciera ayer su «manager», la primera mujer negra que lograr una portada de «Vogue» dejó bien claro que «esta exposición no significa que esté acabada». «He tenido una gran carrera. Para mí, cada foto cuenta un momento diferente de mi trayectoria, es realmente una línea del tiempo», aseguraba Campbell entonces. Y esta línea del tiempo marca para este 2009 uno de los momentos más dulces de la vida de la diva, de la mano del empresario Doronin. Por él, Naomi ha dejado Londres y Nueva York para instalarse en Moscú y se dice que ya está comprometida para pasar en breve por el altar. Junto a Doronin parece haber encontrado la estabilidad que le negaron sus relaciones anteriores –taconeo de Joaquín Cortés incluidos– y su indomable carácter por el que se vio condenada a fregar suelos de un garaje neoyorquino durante cinco días. Aun así, de ser una fierecilla domada a convertirse en consorte millonaria va un abismo que Naomi no se va a dignar a cruzar. Y menos, si eso exige apearse de la pasarela.
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