Enfermedades
«No dudé en participar en un ensayo clínico»
Desde mi posición corroboro todo lo que los especialistas anteriores han mencionado en cuanto al diagnóstico y al tratamiento de la esclerosis múltiple, que a cada uno de nosotros, los pacientes, nos supone un cambio enorme cuando irrumpe de repente, y sin previo aviso, en nuestra vidas.Debido al desconocimiento y a la desinformación, todo da miedo al principio y desde luego oír «lo que tienes es esclerosis múltiple», tampoco es que ayude mucho. Antes de que llegara este diagnóstico, mis primeros síntomas aparecieron en los ojos. Sufrí varias crisis de diplopía –vista doble– por lo que de inmediato acudí al oftalmólogo hasta en dos ocasiones. Por supuesto, al observar que se debía a otro problema que iba más allá de la vista, este especialista me dijo que lo mejor era que visitase la consulta de un neurólogo. Y así lo hice.Fui al Hospital Carlos III de Madrid, donde me tuve que someterme a una resonancia que reveló mi patología. Fue un «mazazo» bastante duro. En aquella época, yo tenía 30 años y estaba a punto de casarme. Todo iba a cambiar. Por suerte, la que hoy es ya mi pareja, por aquel entonces fue un gran apoyo para mí: se informó, busco todo tipo de ayudas... Y así conseguimos que la enfermedad no pudiera con nosotros. Lo cierto es que los primeros momentos son los peores: no sabes a qué te enfrentas, qué tienes que hacer ni cuál va a ser tu futuro, ya que está a merced de una enfermedad que no puedes cercar. Desde hace cuatro años, además, participo en un estudio clínico en el que se prueba un nuevo medicamento para frenar el avance o aparición de la esclerosis. Al principio puede sonar algo arriesgado, pero fue una oportunidad que no podía desaprovechar, no lo dudé. Desde entonces, no he sufrido ningún brote y gozo de una buena calidad de vida, la misma que sin la enfermedad.
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