Bruselas
Rusia añora su rol de gran potencia
Rusia volvió ayer a sacar músculo. Aunque de momento la fuerza se quedó sólo en las palabras, Moscú sorprendió con el anuncio de un «rearme a gran escala» a partir de 2011, precisamente dos semanas antes de su primer encuentro con Barack Obama, en el que tratarán el desarme de sus arsenales, un día antes de la cumbre del G-20 en Londres el próximo 2 de abril. «El análisis de la situación político-militar en el mundo muestra que conflictos potencialmente serios permanecen en algunas regiones y los intentos para expandir la infraestructura de la OTAN cerca de las fronteras de nuestro país continúan», dijo ayer el presidente ruso, Dimitri Medvedev, en una reunión con la plana mayor del Ministerio de Defensa. Pero no sólo la Alianza Atlántica fue señalada como excusa por parte de los rusos para llevar adelante sus planes de modernización, sino que el Kremlin aprovechó para dar caza a todos sus fantasmas y apuntaron directamente a la Casa Blanca. La situación actual se caracteriza por «el deseo de EE UU de expandir su presencia militar y la de sus aliados en las regiones adyacentes a Rusia», alertó el ministro de Defensa, Anatoly Serdyukov, durante el mismo encuentro, en el que criticó que Washington intenta arrebatarles los recursos energéticos de su zona de influencia. Desde la OTAN rechazaron de momento hacer cualquier comentario. No obstante, fuentes diplomáticas de la organización recomendaron «esperar y no ser alarmistas» hasta ver en qué queda el anuncio del Kremlin, y sobre todo a la reacción estadounidense. Con la poca información que se tiene, añaden, la lectura que se puede realizar está a medio camino entre la bravuconada y una modernización totalmente lógica del obsoleto ejército de la antigua URSS. De esta manera, Moscú realiza una demostración de fuerza de cara a la galería occidental, ahora que había empezado a restaurar los lazos con la OTAN, después de recuperar las relaciones el pasado 5 de marzo tras el conflicto de Georgia de agosto de 2008, y con la nueva Administración. Recientemente, el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, llamó a «reprogramar» las complicadas relaciones con sus antiguos rivales de la Guerra Fría. Además, los responsables de política exterior de EE UU y Rusia, Hillary Clinton y Serguei Lavrov, acordaron este mes restaurar las relaciones entre los dos países, tras el deterioro sufrido durante la era Bush. Los «cambios» de Obama La renuncia por parte de Obama al plan del escudo antimisiles en el centro de Europa, a cambio de la ayuda de los rusos en el peliagudo dossier del desarrollo nuclear iraní, fue interpretada por el propio Medvedev como nuevas señales provenientes de Washington. Más aún, Rusia se ofreció a colaborar con EE UU en el transporte de suministros no militares en Afganistán. «Sin embargo, también se han enviado señales en sentido contrario, como con el acuerdo para cerrar la base estadounidense de Kirguistán orquestado por los rusos», recuerdan desde la Alianza. Rusia quiso dejar claro el tono de su discurso de ayer y la fuerza de sus palabras. Por eso, el presidente Medvedev concretó que el arsenal nuclear será prioritario en este rearme. «La primera tarea es incrementar la disponibilidad de nuestras fuerzas, ante todo de las nucleares estratégicas», añadió. El presidente ruso también anunció que el Consejo de Seguridad prepara una nueva estrategia nacional de seguridad hasta 2020. Aunque en la anterior se identificaba el terrorismo como el principal desafío, algunos analistas opinan que la expansión militar occidental será la principal amenaza identificada por el nuevo plan, así como la lucha por los recursos. Un nuevo horizonte que dará un nuevo significado a los pasos de Moscú, incluso a los que le lleven por el buen camino.«Viejo y obsoleto»- El ministro de Defensa ruso, Anatoly Serdyukov, admitió ayer que el Ejército de su país es «viejo y obsoleto». Sólo un 10% del arsenal puede ser considerado material moderno.- Por eso, en línea con el plan que el actual primer ministro, Vladimir Putin, ya planteó en 2007, el presidente, Dimitri Medvedev, anunció «la optimización de la estructura y la cantidad de efectivos del Ejército». Hace dos años, el entonces presidente Putin manifestó que «nuestras Fuerzas Armadas serán compactas y muy eficaces». El plan de Putin contemplaba la modernización paulatina de las Fuerzas Armadas hasta 2015, prestando atención sobre todo a la defensa aérea.- Sin embargo, las nuevas aspiraciones rusas se han encontrado con los viejos problemas económicos, agrandados en esta crisis. La fabricación del caza ruso de quinta generación, uno de los proyectos militares más ambiciosos y secretos de Rusia, podría correr peligro por la actual recesión económica, según la prensa moscovita.
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