Psiquiatría

Satisfechas duermen mejor

Un estudio presentado en la reunión anual de la Academia Americana del Sueño manifiesta que las mujeres contentas con su relación de pareja tienen menos riesgo de «contar ovejas»

Satisfechas duermen mejor
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Contentas y satisfechas. Muchas mujeres que se sienten así con sus parejas consiguen alcanzar un mejor y más óptimo descanso nocturno. Al menos eso señala un trabajo presentado recientemente en la semana en la Reunión Anual de la Academia Americana del Sueño, que manifiesta que la población femenina que disfruta de una felicidad plena derivada de su relación de pareja tiene menos riesgo de tener que recurrir a «contar ovejas» para dormir.


De acuerdo con los resultados del trabajo, los elevados niveles de satisfacción marital se asocian con un mínimo riesgo de sufrir alteraciones del sueño, aunque el estudio sólo consigue demostrarlo en aquellas mujeres de origen caucasiano. Éstas evitan la somnolencia diurna, el insomnio y el cansancio –como consecuencia de la ausencia de sueño–, entre otros, en comparación con aquéllas cuyo matrimonio sólo les causa desdicha.


Los autores del trabajo mencionan como elementos principales de una buena relación de pareja la comunicación y la ausencia de estrés marital. Para ello, uno de los principales soportes lo constituye el sexo. No sólo porque de su práctica habitual, ya sea con o sin pareja fija, se desprenden innumerables bondades, como la tonificación de los músculos y la anulación de estados de ansiedad. Pero éstos se multiplican si la pareja es estable, ya que no es sólo es garantía de la práctica regular de relaciones sexuales –no en todos los casos–, sino que revierte en la optimización de esa complicidad de pareja y en la elevación de la autoestima personal.


Miguel Ángel Cueto, secretario de la Federación de Española de Sociedades de Sexología (FESS), expone la explicación científica: «Si centramos nuestra atención en las sensaciones físicas podemos desviar la atención de pensamientos preocupantes o que nos molesten, esto hace que se reduzca el estrés y se generen endorfinas, con lo que beneficia al sueño».


Así, de acuerdo con la autora del estudio Wendy Troxel, de la Universidad de Pittsburg, «la población femenina divorciada tiende a presentar muchos más problemas que las casadas. Aún así, todavía sabemos muy poco de la calidad marital que marca las diferencias que se desencadenan a la hora de disfrutar del descanso nocturno». En este sentido Cueto apunta que «no hay una medida ideal en cuanto a la frecuencia de las relaciones sexuales, del mismo modo que no hay un modelo o un estilo de sexualidad único. Dependerá de las necesidades específicas de cada uno, edad, situación personal…. Unas personas pueden estar satisfechas con siete relaciones al mes y otras necesitar siete veces a la semana».


Características


Durante ocho años, las cerca de 2.000 mujeres casadas, que participaron en el estudio, procedían del «Estudio de la Salud de la Mujer en la Nación», una investigación multicéntrica que aborda la situación de la población femenina de mediana edad en EE UU. Así la proporción por procedencia étnica fue la siguiente: un 51 por ciento caucásica, un 20 por ciento afroamericana, un nueve por ciento hispana, otro nueve por ciento china y un once por ciento japonesa. «Las investigaciones actuales encajan con trabajos anteriores, lo que sugiere que la estabilidad en pareja es un factor protector del sueño femenino», expone Troxel.


Cada mujer reportó una serie de datos sobre su satisfacción marital, la calidad del sueño, las dificultades para dormir y los episodios de insomnio, con el fin de poder obtener los resultados ya comentados.


También ellos


Del mismo modo, otro trabajo presentado en el mismo evento, esta vez realizado en la Universidad de Arizona (EE UU) también hace referencia a la calidad del sueño, esta vez también contó con la de los hombres.


En esta investigación se halló que para ellos, la predicción de lo que les espera al día siguiente con sus mujeres (entre las que se encuentra la posibilidad de relaciones sexuales) determinaba la calidad del sueño. En la población femenina, era al contrario, según hubiese ido el día, así se correspondía con el nivel de descanso nocturno.