Afganistán
Secuestrados 400 escolares en la frontera paquistaní
Milicianos talibanes secuestraron ayer a unos 400 alumnos de una escuela gestionada por el Ejército paquistaní en la ciudad de Razmak, región tribal de Waziristán del Norte, fronteriza con Afganistán. Los escolares, que tienen entre 11 y 14 años, viajaban en autobuses acompañados de algunos profesores, pero sin escolta de seguridad.
Las autoridades locales afirman que el convoy fue interceptado cuando los alumnos eran trasladados desde Razmak a sus domicilios en la ciudad de Bannu, localidad de etnia pastún situada en la vecina provincia de la Frontera Noroeste. Según las mismas fuentes, los milicianos, armados con fusiles de asalto, granadas de mano y lanzacohetes, habían preparado perfectamente la emboscada. Aún así, un grupo de sesenta escolares, en dos autobuses, consiguieron escapar. Son los que han relatado cómo se produjo el secuestro, advirtiendo que en cada autocar se subieron uno o dos milicianos con granadas de mano y explosivos listos para estallar.
Desde el Gobierno paquistaní se ha puesto en marcha una operación de rescate, con la movilización de efectivos militares, aunque se va a dar tiempo a las autoridades locales para que negocien una salida con los secuestradores que evite un derramamiento de sangre. Según el asesor del primer ministro para las zonas tribales Mirza Mohammad Jihadi, esperaban liberarles pronto. «Ya se ha establecido contacto con los terroristas y las negociaciones están en marcha», señaló el ministro, pero sin descartar otros medios para atacar a los talibanes.
En la provincia autónoma de Waziristán del Norte operan varios grupos vinculados a los talibanes y a Al Qaida. Sin embargo, la zona se ha mantenido en calma durante las últimas semanas, ajena a la ofensiva que las fuerzas gubernamentales están desarrollando contra estos grupos en el valle del Swat. Todo indica que el secuestro de los escolares, un hecho bastante infrecuente en una región donde talibanes y vecinos forman parte de la misma etnia y están emparentados en muchos casos, responde a un intento de aliviar la presión que sufren los integristas en Swat, donde el Ejército controla ya las principales ciudades.
La ofensiva ha costado más de un millar de muertos a los talibanes, que han respondido con brutales ataques suicidas.
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