Roma

Sólo puede quedar uno

Sólo puede quedar uno
Sólo puede quedar unolarazon

Para algunos es «el partido» y para otros muchos, más que un simple duelo en el que Nadal y Verdasco se juegan un lugar en semifinales. Es el número uno ante el anfitrión. La Caja Mágica estará dividida, lo nunca visto cuando Rafa está en la pista. Verdasco se ha convertido en el portavoz no oficial del Mutua Madrileña Madrid Open. Es el defensor de las instalaciones, de la pista azul, de la central, de la ciudad… Al que más le duelen las críticas y éstas aparecieron cuando al mejor jugador del mundo se le ocurrió cuestionar alguna de las bases del torneo. Hoy dirimen unas diferencias que nadie se atreve a evidenciar en voz alta.

Verdasco está en Madrid con más hambre que nadie. Lleva soñando con el partido desde el sorteo del cuadro. Esta responsabilidad le atenazó durante demasiado tiempo en su duelo con Juan Mónaco. El argentino dominó el primer set y sirvió para ganarlo, pero fue incapaz de resolverlo. Cedió sendos «breaks» en blanco en los juegos undécimo y décimo tercero. «Fer» se llevó la primera manga, pero el de Tandil –apoyado en la grada por Saviola, Heinze y Gago– no se rindió. Lo evidenció con una ruptura en el primer juego del segundo set. Verdasco, empujado por la Caja Mágica, se repuso en el cuarto y marcó distancias en el sexto. No era cuestión de que Mónaco estropease su plan para el viernes. Al final se impuso con menos problemas de los anunciados (7-5 y 6-2).

Nadal, por su parte, vivió una jornada atípica para estar a las puertas del fin de semana decisivo en un Masters 1.000. Se enteró a primera hora de la tarde que su rival, Kohlschreiber, se había dado de baja por problemas en el pie izquierdo. Entre la paliza del día anterior para llegar a octavos y la amenaza de medirse al número uno del mundo, decidió abandonar. No hubo anticipo de la próxima eliminatoria de la Davis, pero el alemán no fue el único caído. El ruso Davydenko tampoco jugó ante Roddick. Andy no recuerda cuándo fue la última vez que llegó tan lejos en un torneo de tierra batida.

Sin rival al que superar, Rafa decidió entrenarse pensando en «Fer». Lo hizo durante más de dos horas. La de hoy será la novena ocasión en que se enfrenten las dos mejores raquetas españolas del momento. En las ocho anteriores siempre se impuso Nadal. Dos de ellas fueron este año. La más reciente en los cuartos de Roma; la otra, la inolvidable semifinal del Abierto de Australia. El balance sobre arcilla roja es 3-0 para Nadal y, además, sin ceder un solo set.

El resto del cuadro es prácticamente el soñado por la organización. Siete de los ocho supervivientes son las ocho mejores raquetas del mundo –el único que se ha colado es el croata Ljubicic– con lo que la jornada de hoy es digna de una Copa Masters.

En el lado femenino, la cosa cambia. La rusa Dinara Safina, la líder de la WTA, y la serbia Jelena Jankovic son las únicas «top 10» entre las ocho mejores. Safina se impuso a la checa Safarova (6-0, 4-6 y 3-6) y Jankovic a la rusa Vesnina por un doble 6-2.

Comida, siesta y pista azul

Pocas veces se habrá encontrado Federer tan solo. Apenas 3.000 personas presenciaron el pase del suizo a cuartos. Es lo que tienen las sesiones matinales en ausencia de Nadal. Al público había que ir a buscarlo al Club Vip. «La central está muy bien, hay un gran ambiente, aunque hoy los españoles no han venido porque preferirían la comida y la siesta», dijo Federer. El suizo está disfrutando en Madrid. «Las instalaciones ofrecen muchas posibilidades». Santana, Safin y Verdasco dieron un nuevo impulso para la implantación de la pista azul. Los dos jugadores estuvieron peloteando y acabaron tan contentos. «Si se quiere innovar se podría usar. El único problema es querer jugar», afirmó «Fer».