«Soy consciente de que habrá roces y discusiones»

Oliver Knickel tiene 29 años y es mecánico del Ejército alemán. –¿Cómo entró en la misión?–Intenté entrar en la última convocatoria para ser astronauta de la ESA, pero aún soy demasiado joven, así que vi una oportunidad para ingresar en la Agencia.–¿Cuáles serán sus cometidos?–Llevaremos a cabo más de un centenar de experimentos sobre los efectos de un viaje espacial, como la nutrición y la condición física. Hemos entrenado mucho en los habitáculos, con especial énfasis en los sistemas de soporte vital, porque el más mínimo fallo llevaría la misión al traste. Los miembros de la tripulación haremos guardias de 24 horas en turnos de cinco días para vigilar estos sistemas.–¿Qué pruebas ha tenido que superar?–Físicas y psíquicas, muy intensas y bajo la atenta supervisión de un equipo médico. Una de las más duras fue hacer ejercicios a 27º bajo cero al aire libre en Moscú y en invierno. Las pruebas médicas también han sido intensivas y no se han limitado a tests de sangre, orina y saliva, incluyendo rayos x, encefalogramas, colonoscopias y gastroscopias. –¿Cómo será su relación con la tripulación?–Espero que la experiencia sea emocionante por los diferentes perfiles profesionales y culturales. Soy consciente de que superaremos emergencias y de que habrá roces y discusiones. Y me preocupa estar lejos de mi familia.–¿Cuál será el ambiente a bordo? ¿Qué podrá llevar consigo?–Espero que cordial. Sé que hay dos miembros de la tripulación que tocan la guitarra, así que cada uno llevará canciones de su país y tendremos veladas musicales.