Chipre
Suecia asume una difícil Presidencia de la UE
El Gobierno sueco desea que el Tratado de Lisboa entre en vigor antes del próximo 31 de diciembre.
Tras la controvertida Presidencia checa de la Unión Europea, Suecia asume hoy las riendas de los Veintisiete. En claro contraste con sus antecesores, Estocolmo propone una agenda ambiciosa en unos momentos de mudanza para la UE. Una nueva Comisión, un nuevo Parlamento y un Tratado de Lisboa a la espera de que los irlandeses digan «sí» en el referéndum previsto para otoño aguardan al país nórdico. Este semestre, el Gobierno de Frederik Reinfeldt desea mostrar al resto de la UE una Suecia más comprometida con el proceso de construcción europea, pese a no formar parte del euro. Los últimos sondeos apuntan a un descenso del euroescepticismo entre los suecos, que en un 56% valoran positivamente pertenecer a la UE.En el terreno económico, Suecia pretende avanzar en los mecanismos de supervisión de los mercados financieros y en las políticas activas de empleo. «Es crucial restaurar la confianza y la estabilidad de los mercados financieros, así como iniciar las discusiones sobre las políticas fiscales en los Estados miembros», resume el primer ministro sueco.Asimismo, Reinfeldt recuerda que la fuerte crisis económica que sufre Europa no pueda ser excusa para regresar al proteccionismo o al elevado gasto público. «Cuando el barco se hunde mi principal objetivo es salvar a los marineros y no al barco», ironiza.Como es tradicional en las presidencias suecas de la UE, el medio ambiente ocupará un lugar privilegiado. Estocolmo promete batirse el cobre para lograr en la Cumbre sobre el Clima de Copenhague de diciembre un acuerdo internacional sobre la reducción de emisiones de CO2 que sustituya al Protocolo de Kioto en 2012. Reinfeldt, que advierte «señales alentadoras» en la Administración Obama, apuesta por luchar contra el cambio climático y promover una economía sonstenible también en tiempos de crisis. En este sentido, el ministro de Medio Ambiente, Andreas Carlgren, confía en un compromiso de las dieciséis mayores economías del mundo, «que son las que realmente tienen que actuar porque son responsables de entre el 80% y el 90% de las emisiones».Otra de la prioridades de Suecia hasta el 31 de diciembre será avanzar en las negociaciones de adhesión con Croacia y Turquía. Frente al firme rechazo de Alemania y Francia, que apuestan por conceder a Ankara una asociación estratégica en lugar del ingreso, Suecia apoya decididamente las aspiraciones europeas turcas. En declaraciones a LA RAZÓN, la ministra sueca de Asuntos Europeos, Cecilia Malmström, admite que «una resolución del conflicto de Chipre haría avanzar las negociaciones con Turquía».En el campo de los asuntos de Justicia e Interior, Suecia promete aumentar la cooperación policial para combatir el crimen organizado, que se aprovecha de la desaparición de las fronteras entre los Veintisiete. Según el «premier» sueco, la UE debe garantizar a sus ciudadanos «seguridad y Estado de derecho».Finalmente, Suecia confía en que bajo su mandato concluya el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa para que la UE pueda funcionar de manera más eficaz. «La Presidencia sueca está preparada para gestionar todo el trabajo preparatorio que sea preciso», explica Reinfeldt.
Alemania aprueba LisboaEl Tratado de Lisboa salvó, a medias, el escollo más fácil que le queda de los últimos que encara antes de entrar en vigor. El Tribunal Constitucional alemán dio ayer el visto bueno al nuevo texto, con el que la UE agilizará su funcionamiento institucional y ganará poderes en el exterior. Sin embargo, los jueces alemanes aplazaron su ratificación hasta que no se amplíen los poderes de las cámaras parlamentarias alemanas. Los partidos de la coalición gobernante CDU/CSU y los socialdemócratas del SPD anunciaron una sesión extraordinaria en agosto para modificar la ley como pide el Constitucional. Será aprobada previsiblemente en septiembre, a tiempo para cumplir con el calendario del segundo referéndum en Irlanda.
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