Cádiz
Un afectado por Aifos puede ganarle 200 pisos
Uno de los propietarios de la promoción de viviendas «Cala del Sol», en San Fernando, acaba de ganarle el pulso a la promotora Aifos. Los pisos tenían que haberse entregado hace más de tres años pero su vinculación con la «Operación Malaya» paralizó las obras. Desde entonces, sus dueños lo han intentado todo para que los trabajos, al menos del bloque que está a punto de acabar, pudieran reanudarse.
Pero el tiempo corre y al final los problemas financieros y las deudas contraídas por Aifos conllevaron la subasta de uno de los edificios de esta promoción.
Una circunstancia que podría provocar que los más de 200 pisos que lo forman acabaran en manos de un único titular. Se trata de Benito González, el primero de los propietarios al que la Justicia dio la razón y obligó a Aifos a abonar los 90.000 euros que entregó en concepto de señal más intereses, al producirse un incumplimiento de contrato.
Este pago no se produjo y supuso una deuda más de las que Aifos mantiene con los bancos, así que finalmente varios pisos fueron embargados. La peculiaridad de esta situación radica en que Benito González se convirtió en uno de los acreedores de la promotora al tener que recibir dicho importe por sentencia judicial.
Así que realizó los trámites necesarios para que se produjera este embargo y su posterior subasta pública, de la que sólo falta por conocer la fecha y hora exactas, pero que espera se lleve a cabo a mediados de este mes.
Si no hubiera nadie interesado en pujar por las viviendas, este hombre podría convertirse, por tanto, en propietario legal de todo el bloque, ya que aún no se había establecido la división horizontal de las viviendas y el embargo es efectivo para todas.
En ese caso pedirá que «se le adjudique la finca en propiedad para subsanar la deuda», los 90.000 euros que la promotora «no puede o no quiere» abonarle y que serán el precio de salida del edificio.
De hecho, González está dispuesto a llegar «hasta las últimas consecuencias» en este procedimiento judicial porque el resto de propietarios «no han querido pagar los embargos», al ser algo que corresponde a la promotora.
En ese sentido, la subasta que se celebrará este mes puede suponer que el resto de afectados pierdan para siempre sus inversiones si el nuevo propietario no negocia con ellos, a pesar de que han buscado juntos una solución para que las obras se reanuden.
Pero si finalmente es Benito González quien consigue hacerse con la titularidad «estaría dispuesto a negociar» porque sólo quiere recuperar su dinero.
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