Emprendedores

Una caravana «antivertidos»

Una caravana «antivertidos»
Una caravana «antivertidos»larazon

Diseñar tratamientos de aguas y vertidos a medida es el objetivo de Acondaqua. «Buscamos datos que ni el empresario conoce. En concreto, medimos sus vertidos, los analizamos y los contrastamos para procesar e implantar un pilotaje que sirva para llegar a una solución con garantía permanente», explica Alejandro Pérez Marz, creador de Acondaqua y el mismo joven ingeniero industrial que hace poco menos de dos años iba con una libreta y un bolígrafo para tomar datos en sus visitas a los clientes de la empresa para la que trabajaba y pensó que el sistema era mejorable. Pérez Marz decidió emprender el negocio por su cuenta. Habilitó una caravana con todo el equipamiento necesario para realizar un buen diagnóstico sobre el terreno y la convirtió en lo que hoy es el instrumento clave de la empresa, una Oficina Técnica y Laboratorio Analítico de Aguas, sobre ruedas, conocida por Acondaqua. Atención in situ «La actividad de la sociedad se ha diseñado de puertas para afuera, lo que nos permite desplazarnos con la unidad móvil allí donde está el cliente y ofrecerle un diseño de servicio mucho más ajustado a su realidad, además de adaptarnos a sus propios planes de prevención de riesgos», aclara Pérez. El objetivo del desplazamiento de la actividad hasta la casa del empresario es la recopilación, con garantías, de la información necesaria para el diseño de soluciones de los posibles procesos de tratamiento de aguas. De la misma forma, se ensaya delante del cliente la solución proyectada para demostrarle la viabilidad y utilidad de un buen sistema de este tipo. Definir el nivel de peligrosidad de un residuo es una tarea tan compleja como importante. «Muchos empresarios no son conocedores de lo que vierten al medio ambiente», explica el ingeniero. Y conocer el problema es fundamental para llegar al tratamiento y los cuidados que se deben aplicar para evitar eventuales impactos sobre el entorno. «Se busca, en definitiva, formar parte de la industria del cliente durante su proceso de adaptación a la normativa vigente en materia de aguas. Así, estas empresas podrán acometer con éxito dicha transición y concienciarse de la importancia de una correcta inversión en estos procesos», cuenta el responsable de Acondaqua. Clientes que, hasta la fecha, se presentan de lo más variado: desde un secadero de jamones a una empresa que procesa sepia, un concesionario de automóviles e, incluso, empresas del sector que fabrican depuradoras y depósitos. «Queremos transmitir a las pymes la importancia de desarrollarse como empresa de forma sostenible mediante la optimización de los procesos en los que utilizan agua, un patrimonio que hay que conservar, defender y tratar como tal», comenta Pérez. La finalidad de la empresa es dar cobertura a la pyme en materia de aguas «con el compromiso de ser agentes del Ciclo Integral del Agua, con una clara motivación por la puesta en práctica de soluciones efectivas, duraderas y comprometidas con el entorno medioambiental», puntualiza Pérez, quien añade que «conservar el entorno se convierte en una motivación extra en la realización de cada una de nuestras actuaciones como complemento a la satisfacción del trabajo bien hecho».