Colombia
Efecto contagio
La convocatoria de un paro nacional en Colombia y la oposición a la política económica y social del presidente Iván Duque, más allá de la importancia que pudieran tener por sí mismas, adquieren una relevancia especial en estos momentos. La respuesta de la población se podría calificar de masiva aunque, desde luego, no ha tenido la envergadura en intensidad de lo que viene sucediendo en Chile o de lo aconteció en Ecuador hace poco tiempo. Asimismo, el contexto es distinto a lo que está ocurriendo en Bolivia en el que el desarrollo del proceso electoral está en la base de las protestas en este país.
Sin embargo, debemos estar muy atentos a sucesos como los que están teniendo lugar en Colombia. Se advierte, sin duda, una mayor polarización en la población colombiana y, también, la proyección de un conflicto social que tiene una cierta dimensión política. La verdad es que, en la actualidad, habita el desencanto y el paro nacional ha sido capaz de aunar a múltiples reivindicaciones de todo tipo y contenido, con independencia de que varíe sustancialmente el recuento de los participantes en la protesta y de las interpretaciones que se hacen desde unas y otras posiciones. Las cuestiones sociales están en la base de la mayor parte de las protestas que se están produciendo en América Latina, también, en el caso colombiano. Por ello, ha llegado la hora de resolver los graves problemas de inequidad a los que se enfrenta esta región.
Pero, más allá, se advierte una pugna más soterrada entre las élites de uno y otro signo por hacerse con el poder. Las últimas elecciones presidenciales en Colombia, en las que triunfó Duque, ya presagiaban aspectos de profunda división. La necesidad de encontrar soluciones es hoy más perentoria que nunca.
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