Venezuela
Chavistas y oposición conmemoran por separado el final de la dictadura militar de Pérez Jiménez
“Vamos a luchar hasta sacar a Maduro de la Presidencia que usurpa tomando todos los riesgos que tengamos que correr”, asegura el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Juan Pablo Guanipa
Se cumplieron 62 años desde la caída del último dictador del siglo XX venezolano, una fecha que cada año es reivindicada por quienes se califican como demócratas, y también ocasión para renovar votos en el propósito de derrotar a otro autoritarismo: el de Nicolás Maduro. Por eso la oposición venezolana convocó a sus simpatizantes a manifestarse en las calles en todo el país, un llamamiento que pasó por debajo de la mesa. Tampoco hubo mayor organización para concretarlo, dado que Juan Guaidó se encuentra de gira por Europa, y se preparan son movilizaciones que esperan serán masivas el 28 de enero.
En Caracas, la Asamblea Nacional anunció que haría una sesión especial en la calle al oeste de la capital, visto el secuestro en el que el oficialismo mantiene el Palacio Federal Legislativo, sede natural del Parlamento. Pero a última hora la locación debió ser cambiada: grupos de choque del chavismo y fuerzas represivas rodearon el lugar y hasta decomisaron equipos que se usarían para el evento.
La sesión finalmente se concretó en la plaza Bolívar de Chacao, territorio opositor por excelencia. “Vamos a luchar hasta sacar a Maduro de la presidencia que usurpa tomando todos los riesgos que tengamos que correr”, decía Juan Pablo Guanipa al terminar la sesión que encabezó como primer vicepresidente del Legislativo.
En medio de la sesión también fue denunciada la persecución que inició el Gobierno contra el diputado Ismael León, detenido el martes y apresado en su casa tras pasar dos noches en El Helicoide, el centro de reclusión de la policía política del régimen. Guanipa informó que a León le fue ordenada casa por cárcel, quizá por motivos de salud, violando la inmunidad parlamentaria de la que goza.
Consultado sobre el regreso de Guaidó, que desarrolla una agenda internacional exigente a pesar de una prohibición de salida del país que podría traerle problemas a su vuelta, el vicepresidente del Parlamento se limitó a decir que pronto el también “presidente encargado” -como es reconocido por casi 60 países- estará en Caracas, superando todo riesgo.
En paralelo, el diputado Luis Parra encabezó, junto a partido de Maduro, una reunión de legisladores en el Palacio Federal. Autoproclamado presidente del Parlamento, desarrollaron una “sesión” sin quórum para tambien conmemorar el 23 de enero.
El chavismo también aprovechó la ocasión y organizó una marcha en Caracas que se vio poco numerosa. Después de todo, desde el oficialismo el discurso al respecto de la fecha ha sido diletante y confuso. Hace varios años, Hugo Chávez condenó el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, un “visionario” cómo llegó a alabar al general, porque a su juicio había abierto las puertas a “40 años de oprobio al pueblo”. Más adelante, el chavismo asumió la fecha como importante cuando la sociedad comprobó que la seguía estimando en su valor democrático. Entonces la narrativa oficial pasó a celebrar el 23 de enero, pero siempre con la salvedad de que lo que vino después no fue democracia sino pactos de élites en desmedro del pueblo.
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