Venezuela
Con el aval internacional
Juan Guaidó parece haber resucitado. La carta de la comunidad internacional, una de sus principales y más importantes, la está jugando de manera audaz. El acompañamiento de países amigos de Venezuela ante su inesperada gira marca una nueva etapa en la lucha por la democracia y la libertad en el país caribeño. No solamente se trata de la ratificación y consolidación del apoyo por parte de Donald Trump; también Europa parece mostrarse decidida a trabajar para conseguir, este mismo año, condiciones para un proceso electoral realmente libre, justo y transparente.
El presidente norteamericano ha dejado claro que la solución en Venezuela llegará. Todo parece indicar que la Administración norteamericana no se quedará de brazos cruzados ante la pretensión del chavismo en convertir al país caribeño en territorio comunista, al mejor estilo cubano. Fuentes cercanas al periodismo venezolano han indicado que Donald Trump ha tomado la decisión de no llegar a las presidenciales con Maduro en el poder. Es decir, que jugaría una carta poderosa en la campaña para su reelección: haber sido factor fundamental en la caída del chavismo.
Es posible que la gira de Guaidó termine en la Casa Blanca. De ser así, las probabilidades ante un eventual encarcelamiento del presidente interino una vez toque tierra venezolana disminuyen. Si Maduro y Cabello (segundo al mando del chavismo) se atreven a poner preso al presidente legítimo de Venezuela, provocarán una reacción contundente en Estados Unidos y en Europa. Entre otras cosas, porque el aislamiento de Maduro en el mundo aumentaría, poniendo, una vez más en evidencia, la vocación autoritaria del régimen venezolano. De hecho, la cárcel para Guaidó se convertiría en una oportunidad para que la calle y la protesta en Venezuela tome otro cuerpo y se encauce definitivamente para sacar a Maduro de Miraflores (la casa de Gobierno).
Por otro lado, la decisión del Gobierno español de no recibir al presidente legítimo venezolano llama la atención. Condicionado quizás por su comunión y dependencia de Podemos y amparado en el encuentro de Guaidó con Josep Borell, lo cierto es que la decisión de Pedro Sánchez es contradictoria con el reconocimiento que su propia Administración realizó en febrero de 2019 hacia la legitimidad del nuevo Gobierno venezolano usurpado por Nicolás Maduro. Queda la esperanza entonces de que se trate de una estrategia para facilitar cualquier proceso de mediación que desemboque en unas elecciones presidenciales justas, transparentes y legales.
La encrucijada venezolana y la oxigenación de Guaidó consiguen una nueva rendija en Europa y en Estados Unidos. Ciertamente, los gestos de apoyo no son suficiente para derrotar a Maduro. A partir de esta gira, el pueblo venezolano estará a la expectativa de visualizar y materializar los efectos inmediatos de estos encuentros con líderes mundiales. Probablemente, la gira apenas comienza y la agenda continuará construyéndose mientras los resultados se vayan consiguiendo en las horas por venir. Guaidó no regresará a Venezuela sin haber recogido frutos tangibles.
✕
Accede a tu cuenta para comentar