Israel

Luz verde a la coronación del «Rey Bibi»

Los jueces validan que pueda repetir como primer ministro y formar el nuevo gobierno a pesar de estar acusado de corrupción. El ejecutivo de emergencia jurará su cargo la semana que viene

Israeli Supreme Court's discussion in Jerusalem
Abogados con mascarillas atienden a las discusiones del panel de jueces del Tribunal Supremo israelíPOOLReuters

Superado el escollo judicial, Benjamín Netanyahu empezó ayer la última etapa que le coronará nuevamente como primer ministro de Israel. A altas horas de la noche del miércoles, se cumplieron las quinielas: ante el vacío legal y lo que se consideró como falta de evidencias sólidas, la Corte Suprema de justicia decidió no intervenir en la nominación del premier, imputado en tres causas judiciales por fraude, soborno y abuso de confianza.

Hasta la fecha, el ente jurídico evitó pronunciarse sobre si un acusado por corrupción puede presentarse a unos comicios y liderar una coalición. Tampoco tumbó el acuerdo de rotación firmado entre el Likud y el desmembrado Azul y Blanco de Benny Gantz, que fue apelado ante la corte porque exigía la modificación de leyes básicas para “encajar” la bicefalia en el cargo de primer ministro. Tras año y medio de bloqueo político y tres elecciones, Netanyahu asumirá el cargo durante los primeros 18 meses. Luego, si se cumple lo pactado, Gantz lo sustituirá.

Si bien fue Netanyahu quien ganó la tercera repetición electoral el pasado marzo, el presidente del país, Reuven Rivlin, otorgó el mandato de intentar formar coalición a Benny Gantz, que a priori gozaba de apoyos suficientes (62 de 120) para levantar un gobierno alternativo en minoría, con apoyo externo de la Lista Árabe Unificada. Pero no soportó las efectivas presiones, y apostó por formar “un gobierno unitario de emergencia”. Con la incertidumbre judicial despejada, 72 parlamentarios entregaron ayer sus firmas a Rivlin para que traspasara el mandato de formar coalición al “Rey Bibi”, que de este modo prolongará sus más de 14 años y medio como el “premier” más longevo del estado judío.

La decisión de la Corte Suprema fue muy controvertida. Su presidenta, Ester Haiut, aclaró que no es una situación ideal, pero que se quiso respetar la independencia de la “Knesset”, y no alterar así la voluntad de la mayoría de representantes electos. No obstante, Haiut insistía en que la corte “no intervendrá, por ahora”, abriendo así la puerta a una futura invalidación. Desde el tabloide “Yediot Aharonot”, la columnista Tova Tzimuki advertía que “la victoria de Netanyahu, Gantz y sus aliados es agridulce. La corte remarcó las significativas dificultades legales que tiene un hombre imputado judicialmente para liderar el gobierno, que supone serios conflictos de intereses”.

Además, entre las exigencias del tribunal para modificar puntos del acuerdo de rotación, se estipuló la prohibición de que Netanyahu participe en la nominación de cargos clave, como el próximo fiscal general del estado o el jefe de la Policía. No pocos sospechan que “Bibi” buscará blindar su cargo con nuevas leyes, ante la opción de que se dictamine su culpabilidad cuando se ponga en marcha su proceso judicial el próximo 24 de mayo.

La actual situación pondrá fin al bloqueo, pero no garantiza en absoluto la estabilidad del nuevo ejecutivo, criticado por ser el más inflado de la historia, cuando el país afronta una devastadora crisis económica a consecuencia de la pandemia del Covid-19. De hecho, entre las 72 firmas no estaban los nombres de los 6 diputados de la ultraderecha de Yamina –sionismo religioso, y socio tradicional del Likud-, que ante el pacto unitario sellado con Gantz, protestaron por su falta de protagonismo en la asignación de ministerios. Si nada falla, el próximo miércoles se celebrará la toma de posesión del nuevo ejecutivo.

El acuerdo de rotación supondrá la práctica congelación de la actividad parlamentaria, ya que el ejecutivo se ocupará inicialmente en intentar paliar los estragos de la crisis. Se trata de un pacto de tres años de duración, que podría prolongarse un año más. Y en lo que se considera un simbólico “logro” de Gantz, se estableció que ninguno de los dos líderes puede disolver el parlamento sin el consentimiento de la otra parte.

Yair Lapid, hasta hace semanas socio de Gantz y ahora nuevo jefe de una dispersada oposición, afirmó en el plenario que “nunca tan pocos han estafado la voluntad de tantos votantes”, en referencia al brusco giro tomado por Azul y Blanco, que se presentó como una garantía para derrotar al Likud.

Otro punto del acuerdo podría suponer un incendio regional: la voluntad de iniciar la anexión de territorios y asentamientos judíos en Cisjordania a partir del 1 de julio, que podría implementarse incluso sin el beneplácito de Gantz. La próxima semana, se espera la llegada a Israel del secretario de estado norteamericano Mike Pompeo para tratar la medida, rechazada por la mayoría de la comunidad internacional por lo que se considera el fin a la solución de los dos estados. Y a pesar del evidente espaldarazo de Donald Trump a los intereses de la derecha israelí tras la publicación del “Acuerdo del Siglo”, ayer líderes de los colonos protestaron ante lo que consideran que derivará en la creación de un estado palestino.

Una manifestación en contra de que Netanyahu vuelva a ser el primer ministro israelí, a pesar de los cargos que pesan contra él
Una manifestación en contra de que Netanyahu vuelva a ser el primer ministro israelí, a pesar de los cargos que pesan contra élABIR SULTANEFE