Estado Islámico

El Estado Islámico anuncia una ofensiva en Mozambique para controlar las riquezas minerales

La zona de Cabo Delgado, por sus reservas de gas, ha experimentado un aumento de la presencia yihadista

Revueltas en Mozambique por el alza del pan
Revueltas en Mozambique por el alza del panlarazon

El Estado Islámico (Isis, Daesh) anuncia una ofensiva en Mozambique contra los “cruzados” (cristianos), en este caso representantes de empresas que explotan los recursos naturales de acuerdo con el Gobierno del país. Y anuncia que caerán bajo el “fuego abrasador de la yihad”.

“Los cruzados están perdidos, porque temen que su gran intervención en esta guerra conduzca al resultado de que cada día haya más musulmanes en Mozambique que se unirán a los soldados del Califato, especialmente cuando la hostilidad hacia el Islam y su gente en todos los estados de la región es grande y antigua”, dice Daesh en un editorial publicado esta semana, que titula “Los cruzados arriesgan sus inversiones en Mozambique”.

“Y si creen que, en su apoyo al gobierno incrédulo en Mozambique, garantizarán la continuación de su saqueo de los recursos de la región, es que deliran. No pasará mucho tiempo antes de que las cosas se consoliden a favor de los soldados del Califato, con el permiso de Dios. Tarde o temprano, porque están en un estado de avance y victoria mientras su enemigo está en retirada y siendo derrotado por la gracia de Dios Todopoderoso”, aseguran.

El Isis ha recrudecido en los últimos tiempos sus ataques en el país a través de su franquicia, el ISCA (Estado Islámico de África Central), sobre todo en la zona de Cabo Delgado. El pasado mes de abril, 52 aldeanos fueron asesinados por los yihadistas, la mayoría decapitados o fusilados, tras negarse a unirse a la banda terrorista.

Los ataques en la zona, con grandes yacimientos de gas, han forzado la huida de más de 200.000 personas y han generado zozobra entre las grandes empresas de la energía que operan en la provincia. Además del gas, la zona norte también destaca por sus reservas de carbón, su producción maderera y por ser uno de los puntos destacados en la ruta del tráfico ilegal de rubíes o marfil.

Sin embargo, las inversiones no se concentran allí, donde hay una gran presencia musulmana, sino en el sur, de mayoría cristiana y donde está la capital, Maputo. Lo que genera un caldo de cultivo por el malestar entre la población.

El conflicto está servido y los yihadistas, como hacen siempre en esta zona de África, están dispuestos a aprovechar lo que consideran circunstancias favorables para llevar adelante su estrategia de implantación del gran califato mundial, con la erradicación de todas las religiones salvo la musulmana.