Pandemia

La protección "divina” del Nuevo Mesías, líder de la secta que disparó los contagios por Covid-19

El líder de la Iglesia de Jesús Shincheonji ha sobrevivido a la Covid y ha evitado ingresar en prisión

Lee Man-hee, a leader of Shincheonji Church of Jesus, leaves a detention center in Suwon, South Korea, Thursday, Nov. 12, 2020. Lee on Thursday was granted bail by the Suwon District Court, which cited concerns over his health. The court required Lee to wear electronic tracking devices and not to leave his home. (Hong Ki-won/Yonhap via AP)
Lee Man-hee, a leader of Shincheonji Church of Jesus, leaves a detention center in Suwon, South Korea, Thursday, Nov. 12, 2020. Lee on Thursday was granted bail by the Suwon District Court, which cited concerns over his health. The court required Lee to wear electronic tracking devices and not to leave his home. (Hong Ki-won/Yonhap via AP)Hong Ki-wonAP

Lee Man-hee tiene 89 años y a pesar de los numerosos acontecimientos que le han rodeeado en los últimos meses, sigue al frente de la Iglesia de Jesús Shincheonji, la secta responsable del contagio masivo del coronavirus en Corea del Sur.

A pesar del incontrolable avance de la pandemia a principios de año, Man-hee siguió adelante con las reuniones de su iglesia, sin importarle los riesgos que con ello asumían. Daba igual, se consideraba por encima del bien y del mal, una especie de protección divina que, en vista de lo ocurrido con el paso del tiempo parece real. Bajo su frágil apariencia y escasa movilidad (debe ir en silla de ruedas por sus dificultades para caminar), emerge la figura de un hombre capaz de cualquier cosa para lograr sus objetivos, aunque para ello tengan que quedarse muchas vidas por el camino.

Fruto de sus reuniones, celebradas fuera de las fronteras del país, se produjeron miles de contagios en Corea del Sur el pasado mes de febrero. El gobierno surcoreano investigó el foco de contagio y concluyó que era responsabilidad de los líderes de la formación religiosa, cuyo líder, Man-hee, fue detenido el pasado mes de agosto como responsable de impedir que el Gobierno pudiera dar una respuesta al avance de la pandemia. De hecho, las autoridades calculan que más de 5.000 contagios están relacionados con las reuniones de la secta.

Man-hee, además, fue acusado de malversación de fondos, organización de servicios religiosos no autorizados y falsificación de las actas de las misas en febrero. Ese mes, una seguidora infectada con coronavirus participó en al menos cuatro reuniones multitudinarias en la ciudad de Daegu, facilitando la propagación masiva del virus.

Sin embargo, el Nuevo Mesías parece tener más vidas que un gato y no sólo ha sobrevivido al Covid sino que también ha logrado escapar de la justicia, ya que fue puesto en libertad bajo fianza (

Lee fue liberado previo pago de una fianza de 100 millones de won (unos 76.000 euros) y tendrá que llevar puesto un dispositivo eléctrónico de control para poder rastrear su ubicación en tiempo real. Además, el juez ha determinado que se quede confinado en su casa, que no podrá abandonar bajo ningún concepto, informa “RT”.

Según relatan algunos antiguos miembros de la secta, Man-hee se autodenomina “Nuevo Mesías” y propugnaba entre sus seguidores que Cristo regresaría por segunda vez y que se llevaría con él al Cielo a 144.000 personas”, según declarón el ministro del Interior de Singapur, Kasiviswanathan Shanmugam.

La iglesia fue fundada en 1984, a la medida del Nuevo Mesías, ya que uno de sus pilares básicos es que "es aceptable usar el engaño y la mentira si sirve a los propósitos de Dios”. Por ello, estaba justificado que varios de sus miembros se dedicaran a infiltrarse en otras iglesias locales para tratar de convencer a su fieles de que debían unirse a la secta del Nuevo Mesías, según pudo averiguar el Ministerio de Interior.

Y las ramificaciones de la Iglesia han ido más allá de Corea del Sur. El pasado lunes 21 personas fueron arrestadas en Singapur acusadas de pertenecer a una filial no registrada de la Iglesia de Jesús Shincheonji.

Y esta organización estaba arraigada desde hace tiempo porque cinco surcoreanos que fueron identificados en febrero como líderes locales de la secta y fueron repatriados a su país. Sin embargo, no lograron disolver a la organización y la actividad de la Iglesia había continuado su actividad hasta la operación policial de esta semana.