Brexit

La UE y Reino Unido se dan una oportunidad para sortear el divorcio caótico el 31 de diciembre

La presidenta de la Comisión Europa y el primer ministro británico mantienen una conversación telefónica este domingo, ambos equipos prorrogan las negociaciones sobre la relación futura

Deal o No Deal (Acuerdo o no acuerdo) That is the question. Las negociaciones del Brexit afrontan un momento existencial que se va posponiendo sine die. Tras la cena del pasado miércoles entre la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von de Leyen y el primer ministro británico Boris Johnson en la capital comunitaria las dos delegaciones se dieron este domingo como plazo último para tomar una decisión definitiva. Pero un ultimátum siempre puede sustituir a otro.

Tras una llamada telefónica este mediodía con el “premier” británico, Von der leyen ha comparecido ante los medios de comunicación en una intervención sin preguntas. “Es responsable en este momento hacer un esfuerzo adicional”, ha asegurado la política alemana sin desvelar hasta cuando. “Tuvimos una llamada telefónica útil esta mañana. Discutimos sobre los principales temas no resueltos”, ha explicado.

“Hemos mandatado a nuestros equipos para que continúen las negociaciones” dijo Von der Leyen, en una declaración a la prensa al término de la conversación.

Este pasado viernes los dos equipos negociadores comandados por Michel Barnier en la parte europea y David Frost en la británica retomaron unas negociaciones marcadas por el pesimismo. Tanto Londres como Bruselas han reconocido en los últimos días que ahora mismo hay más posibilidades de un Brexit caótico el próximo 1 de enero que de un acuerdo sobre la relación futura y así se lo trasladó Von der Leyen a los líderes europeos en la pasada cumbre de los días jueves y viernes en la capital comunitaria. En las últimas horas, se han registrado algunos avances. Un clavo ardiendo al que hay que sujetarse.

Los Veintisiete han decidido apretar los dientes y mostrar unidad en los momentos decisivos. Incluso se ha conocido que Johnson ha intentado contactar de manera bilateral con la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron y estos no le han cogido el teléfono. El club comunitario habla con una sola voz, ese es el mensaje que se quiere transmitir sin ningún atisbo de duda. Reino Unido no conseguirá dividir a los socios ante el abismo del precipicio.

En la pasada cumbre, no hubo ningún debate sobre la posición negociadora europea. Von der Leyen tan sólo se limitó en diez minutos a explicar el estado de la cuestión.

Los desacuerdos han permanecido prácticamente invariables durante los últimos meses. Tres obstáculos han monopolizado los desacuerdos: pesca, competencia justa y gobernanza. Los avances han sido muy escasos, no se sabe si llegará el milagro en el esprint final.

El club comunitario pretende seguir teniendo acceso a los caladeros británicos mientras que Reino Unido quiere recuperar la soberanía de sus aguas y apuesta por un acuerdo revisable una vez al año, al igual que el que los Veintisiete mantienen con Noruega.

Además, los Veintisiete supeditan el acceso a los caladeros a que los británicos pueden seguir exportando el 70% de sus capturas al territorio comunitario, tal y como sucede actualmente, ya que el consumo interno de pescado es escaso en las islas.

Asimismo, Bruselas pretende actuar de manera unilateral si detecta que Reino Unido no está cumpliendo los estándares europeos en aspectos como el medio ambiente, subvenciones públicas y derechos sociales y, por lo tanto, las empresas del otro lado del Canal se benefician del mercado único sin respetar sus normas. Una doble vara de medir que perjudicaría a las compañías europeas y que daría a Reino Unido una situación más ventajosa fuera del club comunitario que dentro.

Por otro lado, Bruselas siempre ha perseguido un método claro de gobernanza para asegurar que el nuevo acuerdo post- Brexit se cumple.

Planes de contingencia

A pesar de que nadie quiere tirar la toalla, las dos partes se preparan para el peor escenario. La Comisión Europea publicó sus planes de contingencia para amortiguar un posible Brexit caótico el pasado jueves y ayer Reino Unido movilizó a la Marina para interceptar a los barcos europeos que se dirijan a sus aguas a partir del 1 de enero.