EE UU
Trump claudica y firma el plan de estímulo económico
Millones de hogares estadounidenses habían dejado de percibir los subsidios al desempleo tras la finalización del plan de emergencia
Fiel a su estilo, Donald Trump bloqueaba durante días el paquete de estímulo económico que da alivio a los graves efectos de la pandemia, aprobado previamente por ambas cámaras del Congreso. Y, cuando todo indicaba que no saldría adelante la medida y el bloqueo de la Administración sería inminente, el todavía presidente de Estados Unidos decidió firmar el proyecto de ley en el último momento.
La medida aprobada, conocida popularmente como «omnibus», supone un desembolso de 2,3 billones de dólares en total. Se trata del segundo plan de estímulo económico puesto en marcha desde que diera comienzo la pandemia con la finalidad de dar respuesta a los desafíos más inmediatos que están afectando a la situación económica de Estados Unidos en general y, muy en particular, a la población.
El presidente estadounidense pidió insistentemente al Congreso, incluso a través de un mensaje en vídeo, la rectificación de la propuesta de ley criticando la cantidad de 600 dólares destinados a cheques de ayuda por persona, en lugar de 2.000, a su propuesta. En un primer momento, los demócratas habían planteado la posibilidad de aumentar esa cantidad de alivio económico, pero finalmente aprobaron junto a los republicanos 900.000 millones de dólares en total a tal efecto.
¿Qué hubiera pasado si Trump se hubiera negado a firmar la ley, aprobada por demócratas y republicanos en el Congreso? En primer lugar, se hubieran congelado los fondos destinados a la distribución de las vacunas contra el coronavirus, que sigue acechando con fuerza el país y, de hecho, presentaba estas semanas las cifras más altas de nuevas infecciones (más de 19 millones en total) y fallecidos (cerca de 335.000) desde marzo, cuando se detectaron los primeros casos de covid-19 en el país.
Por otro lado, la economía se hubiera visto gravemente afectada por la falta de ayudas, especialmente aquéllas destinadas a las industrias más afectadas, como las aerolíneas, las pequeñas y medianas empresas o las escuelas.
Sin olvidar que, de no haber salido adelante el proyecto de ley, también hubiera afectado en gran medida al desempleo del país y a los cerca de 14 millones de personas que se hubieran quedado sin cobrar la prestación por desempleo o los famosos cheques de ayuda.
El Congreso de Estados Unidos aprobó la semana pasada el segundo estímulo económico para hacer frente a las consecuencias derivadas de la pandemia de la covid-19. El primer trámite de la Cámara de Representantes se respaldó por 359 a 53 votos, mientras que el Senado, de mayoría republicana, lo sacó adelante con 92 a favor y 6 en contra.
Tras varios días de resistencia, con múltiples críticas y grandes discrepancias hacia el proyecto de ley, Trump finalmente dio un paso atrás y aceptó estampar su firma en la medida de urgencia, que permitirá aliviar las devastadoras consecuencias económicas de la mayor crisis sanitaria a la que se ha enfrentado el país en su historia reciente.
Por lo que, con toda probabilidad, lo que haya Trump recapacitar a última hora sea el caos al que se hubiera enfrentado el país ante un posible cierre de Gobierno desde hoy, empañando sus últimos días de mandato en la Casa Blanca con duras críticas hacia su gestión y su persona. Así como las posibles consecuencias de cara a las cruciales elecciones del 5 de enero en Georgia.
Ni los republicanos, ni su círculo más cercano hubieran podido defenderle ante la complicada situación a la que se enfrenta el país estos meses. EE UU está viviendo los días más negros desde que diera comienzo la pandemia, en cuanto al aumento de infecciones y muertes por covid-19. Y, tras las fiestas de Navidad y Año Nuevo, las cosas todavía pueden empeorar durante los próximos meses, aseguran los expertos epidemiológicos.
Desde Florida, donde se encuentra de vacaciones con su familia, el presidente de EE UU anunciaba en Twitter «buenas noticias sobre el proyecto de ley de alivio de la covid» poco antes de dar a conocer su ratificación. Trump, además, añadía con misterio: «Nos vemos en Washington el 6 de enero. No se lo pierdan».
Sin haber confirmado todavía sus intenciones de abandonar la Casa Blanca, el primer mes del año se augura intenso en Washington. El 5 de enero se repiten las elecciones de Georgia tras los ajustados resultados en las presidenciales del 3 de noviembre y el día 20 tendrá lugar la toma de posesión de investidura de los demócratas, el presidente electo Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.
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