Pandemia
China abre sus puertas a la OMS para investigar el origen de la covid
Pekín insiste en que el virus circulaba meses atrás por Europa antes de llegar a su país a través de alimentos congelados importados
El 18 de mayo, el presidente chino, Xi Jinping, defendió en la apertura de la Asamblea de la Salud Mundial la gestión de su país frente a la pandemia y presumió de haber logrado «revertir la situación» a base de «arduos esfuerzos y enormes sacrificios».
Acosado por las críticas, el líder chino aseguró en su videoconferencia que su país había mantenido desde el principio «una actitud abierta, transparente y responsable» y había compartido «sin reservas» la información científica y médica que había recabado sobre el virus con la comunidad internacional. Para rematar su alegato, Xi anunció que permitiría una investigación sobre el virus en su territorio si la lideraba la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y se llevaba a cabo de forma imparcial y con criterios científicos.
Dicho aquello, casi ocho meses después y con el virus controlado dentro de sus fronteras, China abrirá sus puertas a los investigadores en enero. Para entonces, un equipo de expertos prevé aterrizar en el gigante asiático y buscar respuestas a preguntas que un año después todavía están por resolver. Desde cuál fue el primer animal del que saltó el coronavirus, a la ruta que siguió posteriormente el patógeno para llegar a los humanos o si realmente el origen de la que es, según Xi, «la amenaza más grave desde el final de la II Guerra Mundial», surgió en China o en otro país, como se cree en Pekín.
«Lo importante es tratar de entender qué ocurrió y ver si con base a esos datos podemos reducir el riesgo para el futuro. No se trata de buscar culpables», afirmó esta misma semana Fabian Leendertz, un científico alemán que forma parte del comité de investigadores que volará hasta China. Sus declaraciones trataban de calmar los ánimos después de que durante varios meses las autoridades comunistas se mostraran reticentes a permitir dicha investigación independiente en su territorio.
Tras llegar a un acuerdo, la misión se llevará a cabo en dos etapas y en ellas participarán diez investigadores chinos y otros diez internacionales, entre los que hay expertos en salud pública, virólogos, zoólogos y epidemiólogos de países como Japón, Rusia, Dinamarca o Reino Unido. Según se ha hecho público, el equipo pasará en China unas seis semanas –incluidas las dos de cuarentena a su llegada– y entre sus planes está el de desplazarse a Wuhan, ciudad en la que se cree que se originó el brote.
Precisamente, es en el mercado de Huanan de esa ciudad donde se espera que los expertos arranquen su investigación, ya que es allí donde se piensa que se originó una epidemia que ya se ha cobrado la vida de 1,7 millones de personas en todo el mundo.
Uno de los datos que apuntalan esa teoría es el de que un 70% de los primeros 41 casos confirmados guardaban relación con este mercado de abastos y vida silvestre que se cerró el 1 de enero para desinfectarlo y recoger muestras. Desde aquel día, este zoco en el que se comercializaban animales domésticos y salvajes vivos como serpientes, mapaches, civetas o pangolines ha permanecido cerrado al público.
Según las pruebas que entonces se realizaron, en todas las que provenían de animales no se encontraron rastros del bautizado posteriormente como SARS-CoV 2. Al contrario de lo que sucedió con las 842 muestras ambientales, de las que 89 dieron resultados positivos. Con esos datos sobre la mesa, «sigue estando poco claro si el mercado fue una fuente de contaminación, actuó como amplificador para el contagio entre humanos o fue una combinación de esos factores», apuntó la OMS en un informe.
Otras de las tareas que este comité de expertos podrá llevar a cabo es la de revisar el historial médico de los pacientes de los hospitales de Wuhan con el fin de averiguar si el virus ya campaba a sus anchas antes de diciembre de 2019 o la de poder entrevistar a los primeros contagiados que superaron la enfermedad con el fin de averiguar cómo pudieron infectarse.
En medio de tanta expectación, la maquinaria propagandística estatal trabaja a destajo para respaldar la teoría de que el patógeno se originó fuera de sus fronteras. A través de diversos artículos en los medios del país, se apunta a que el coronavirus ya circulaba por Europa antes de que se detectara en China y que, probablemente, entró en el país asiático a través de productos congelados importados.
Sea como fuere, habrá que esperar hasta que la investigación arroje algo de luz ante tanta incógnita y especulación.
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