Filtraciones

El teléfono móvil de Boris Johnson circuló por internet durante 15 años

El Gobierno “tory”, sometido a las filtraciones constantes, desmiente que se haya visto amenazada la seguridad nacional

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En 2006, Boris Johnson tan solo era un desconocido diputado de la oposición conservadora, portavoz sobre Universidades. Nadie prestó demasiada atención a un discurso que ofreció en un “think tank”, ni a la nota de prensa que se facilitó después del acto con su contacto en caso de que se quisiera ampliar la información. Pero poco después comenzaría la gran transformación: el diputado se convertía en alcalde y acabaría en Downing Street. El problema es que jamás cambió de número de teléfono por lo que, según informó este viernes la BBC, durante los últimos 15 años, el contacto directo del primer ministro británico, uno de los políticos más poderosos de Occidente, ha estado al alcance de cualquiera que lo hubiera rastreado mínimamente en internet.

El bochorno supone ya en sí un auténtico escándalo en materia de seguridad. Pero toma si cabe aún más relieve al conocerse en un momento especialmente complejo para Johnson, que tiene ante sí varios frentes abiertos por las últimas filtraciones en la prensa, que le involucran con supuestos casos de corrupción y amiguismos.

Entre otros, la Comisión Electoral ha abierto una investigación por las supuestas ilegalidades cometidas por el “premier” al haber utilizado inicialmente unas donaciones sin declarar al Partido Conservador para financiar una polémica y costosa reforma en su residencia oficial. El Gobierno acusa de estar detrás de todo al oscuro asesor Dominic Cummings, que fue despedido el pasado noviembre.

Entre las filtraciones, han salido a la luz los mensajes de texto intercambiados entre Johnson y el magnate James Dyson(al frente del imperio de las aspiradoras y generoso donante del Partido Conservador) que llevaron a relajar los impuestos para los no residentes. También se ha revelado cómo el “premier” atendió una petición del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, en relación con una oferta que este último hizo para comprar el equipo inglés de fútbol del Newcastle United.

El jefe de Gabinete y alto funcionario al frente de la Administración Civil británica, Simon Case, ya había advertido hace tiempo al primer ministro que debía deshacerse de un teléfono que estaba al alcance de demasiadas personas. Pero Johnson no hizo caso. Y tras el bombazo de la BBC, su situación ha empeorado aún más.

El responsable de la oposición laborista, Keir Starmer, recalcó que “mucha gente estará preocupada, no solo por quién tiene el número, sino para qué fines lo ha estado utilizando”. “Lo que ha salido a la luz en las últimas semanas es precisamente informaciones sobre aquellos que pueden pedir favores por WhatsApp al primer ministro. Todo esto es una prueba más de que hay una regla para ellos y otra regla para todos los demás”, matizó.

Varios medios británicos intentaron llamar al número en cuestión, pero estaba apagado, y la única opción permitida era la de enviar mensajes de texto. Al cierre de esta edición, Downing Street no se había pronunciado al respecto.

No obstante, la secretaria de Estado de Interior, Victoria Atkins, criticó a la BBC por haber dado la noticia. “Estoy algo sorprendida de que una emisora nacional encuentre correcto publicar el hecho de que el número de teléfono móvil circule por internet, si realmente es así”, matizó.

En cualquier caso, parece que los escándalos no le han pasado al “premier” aún factura en los sondeos ante la cita del próximo Superjueves. Los conservadores sacan una ventaja general de 11 puntos a la oposición laborista para los comicios locales.