Londres
El triste final de la cría de ballena varada en el Támesis
El cetáceo tuvo que se sacrificado para evitar su sufrimiento debido a su mal estado
Unidades de policía, bomberos y guardacostas rescataron en la madrugada de este lunes a una ballena varada en unas gradas de hormigón del río Támesis en su paso por el suroeste de Londres. La operación para liberar al cetáceo, de cuatro a seis metros de largo, empezó el domingo a las 19 horas GMT en la esclusa de Richmond Lock and Weir, donde también se desplazaron un equipo de biólogos marinos y veterinarios para evaluar el estado del animal. Tras horas de trabajo, se logró rescatar a la ballena, que mostraba “comportamientos preocupantes”, y trasladarla a una parte más profunda del Támesis, donde se escapó y se alejó nadando, según explicó en un comunicado un portavoz de la Royal National Lifeboat Institution (RNLI). Pero volvió a quedar varada. Y desgraciadamente tuvo que ser sacrificada después de que su condición se deteriorara y las esperanzas de su supervivencia se desvanecieran, a cientos de kilómetros de su hogar. “Van a dormir a la ballena. Está sufriendo bastante”, dijo Julia Cable, coordinadora nacional de British Divers Marine Life Rescue, y agregó que la ballena recibiría un sobredosis de anestésico y no sentiría nada excepto la aguja. “Solo estamos tratando de aliviar cualquier sufrimiento”.
Se trata de un incidente “muy raro e inusual”, aseguró en una nota un comandante del cuerpo de bomberos de Londres, que activó tres camiones de bomberos, dos unidades de rescate y un bote para tratar de liberar al animal. Centenares de personas se concentraron cerca del Támesis para seguir en directo la operación y aplaudieron cuando los guardacostas abandonaron el lugar para trasladar al cetáceo a una zona más segura.
La ballena rescatada era un rorcual menor, una especie comúnmente conocida como Minke que puede llegar a pesar hasta 10 toneladas y medir unos 7,5 metros. “Este animal proviene del norte del Mar del Norte, por lo que estaba a cientos de millas de donde debería estar”, dijo Martin Garside, portavoz del puerto de Londres. “No hay señales obvias de su madre”.
El Támesis ha sido escenario de raros avistamientos de cetáceos en otras ocasiones, como en 2018, cuando se encontró a una ballena beluga cerca de la localidad de Gravesend, a unos 40 kilómetros de la capital británica, o en 2006, cuando una ballena murió después de remontar el río hasta Londres. EFE
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