Pandemia

El Salvador mantiene a raya el coronavirus

Las cuarentenas y el ritmo de vacunación han convertido al país centroamericano en ejemplo de control del virus en la región

El Salvador ha confirmado su éxito en el manejo de la pandemia tras no verse afectado por el aumento de contagios y fallecidos en América Latina
El Salvador ha confirmado su éxito en el manejo de la pandemia tras no verse afectado por el aumento de contagios y fallecidos en América LatinaLa Razón.

El Salvador ha confirmado su éxito en el manejo de la pandemia tras no verse afectado por el aumento de contagios y fallecidos en América Latina. La región acumuló alrededor del 35% de las muertes por coronavirus de todo el mundo durante la última semana de abril pese a representar el 8% de la población mundial. Latinoamérica se ha convertido en la zona del mundo más golpeada por la pandemia. El confinamiento, la restricción de vuelos y el refuerzo del sistema sanitario han sido claves para mantener al país centroamericano en riesgo bajo, menos de 50 casos por cada 100.000 habitantes, desde junio del año pasado.

El Salvador no ha sufrido grandes olas de coronavirus. Presume de una tasa de 33 fallecidos cada 100.000 habitantes, seis veces inferior a Brasil donde lamentan 205 decesos cada 100.000 personas. La tasa de mortalidad de México (174) multiplica por cinco la cifra de esta pequeña nación de la costa pacífica centroamericana donde viven 6,4 millones de personas en un territorio densamente poblado. América Latina acumula seis de los treinta países con peor índice de muertes respecto al tamaño de su población. Brasil se sitúa en el puesto 12 al registrar ligeramente mayor mortandad que Italia. Perú (14), México (18), Colombia (22), Argentina (24) y Panamá (27) también han sido duramente golpeados por el coronavirus. España ocupa el puesto 19 en esta dramática lista.

El Salvador mantiene a raya el coronavirus
El Salvador mantiene a raya el coronavirusLa Razón.

El objetivo de Bukele, evitar el colapso sanitario

La expansión del virus en América Latina se une a la falta de acceso a las vacunas. La doctora Carissa Ettiene, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), advertía de la gravedad de la situación el pasado miércoles: “Hoy más que nunca, más países latinoamericanos reportan más de 1.000 casos de covid-19 al día. Nuestros hospitales están más llenos que nunca. Durante la última semana, más de 1,3 millones de personas se infectaron con Covid-19 en América Latina y el Caribe”. Colombia sufre uno de sus peores momentos de la pandemia al haber sufrido este pasado viernes 490 muertes. Por primera vez, el país cafetero superó este mes los 480 fallecidos de media al día durante las últimas siete fechas.

El 21 de marzo de 2020 el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, decretó una severa restricción de movimientos. Dos meses después, el 8 de mayo, Bukele impuso un confinamiento domiciliario “absoluto” y “rígido” por treinta días. Bukele alegó que su país corría el riesgo de alcanzar “los 3 millones de contagios” si no frenaban el avance del patógeno. La realidad jamás se ha acercado a esta fatal advertencia del joven mandatario de 39 años. El Salvador ha registrado 70.915 casos desde el inicio de la crisis sanitaria global.

Bukele comenzó a construir el Hospital El Salvador y reforzó los centros de salud para evitar el colapso y, por tanto, la falta de atención a los pacientes. El presidente insistió a los miembros de su gabinete en centrar la acción del Gobierno en la mejora del precario sistema sanitario salvadoreño. El rechazo a las restricciones de la mayor parte de la oposición contrastó con el fuerte apoyo de la sociedad civil al presidente que en las elecciones de 2019 rompió el bipartidismo que se alternaba en el poder en El Salvador desde el final de la guerra civil en 1992. Bukele, famoso por su estilo informal y su uso de las redes sociales, es el líder más popular de América Latina con unos índices de aprobación que rondan o superan el 80% en la mayoría de estudios. El Salvador encaraba al reto de proteger a su población mientras escaseaban guantes, mascarillas y equipos de protección. El Gobierno lanzó programas de ayudas directas para compensar o amortiguar el golpe económico de las restricciones.

El confinamiento severo decretado en El Salvador no se produjo en la mayoría de los países latinoamericanos. Argentina siguió una estrategia de cuarentena nacional similar a El Salvador. Sin embargo, el país sudamericano sufrió varias olas de coronavirus tras su reapertura. La economía informal es un elemento central del tejido productivo en Centroamérica, el Caribe y Sudamérica. Muchos gobiernos decidieron evitar los confinamientos obligatorios al entender que gran parte de su ciudadanía tenía la imperiosa necesidad de salir cada mañana de casa para trabajar al no disponer de ningún tipo de protección social. Varios presidentes rechazaron de forma contundente los confinamientos. “La gente tiene más miedo al hambre que al virus”, alegó el presidente brasileño Jair Bolsonaro.

El Salvador inmuniza a su población veinte veces más rápido que su vecino Honduras
El Salvador inmuniza a su población veinte veces más rápido que su vecino HondurasLa Razón.

Subsidios y créditos

Bukele se comprometió a pagar un subsidio de 300 dólares al 75% de los hogares debido a las pérdidas provocadas por el confinamiento. Bukele ha tratado de compensar los agujeros provocados por las restricciones de movilidad. El Salvador ha financiado subsidios para el pago de sueldos y ha otorgado créditos para fomentar la contratación. En Latinoamérica y el Caribe trabajan 158 millones en la economía informal, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La cifra supone que el 54% del total de trabajadores en la región no tienen derecho a paro ni a ninguna protección social. La OIT calcula que la pandemia ha provocado la destrucción de 26 millones de puestos de trabajo en Iberoamérica.

El reto ahora es vacunar a los más vulnerables e inmunizar poco a poco a toda la población. El Salvador ha logrado un ritmo de vacunación muy superior a los países de su entorno y similar a las grandes potencias regionales. Mientras la gran preocupación se centra en la India, Latinoamérica sufre nuevas olas con serios problemas para acceder a las vacunas.

Este país de la costa pacífica centroamericana inmuniza a su población veinte veces más rápido que su vecino Honduras. El Salvador ha inyectado 19 dosis por cada 100 habitantes. Honduras solo 0,6 pinchazos cada 100 personas. Al norte, Guatemala solo ha inoculado 1,4 dosis por cada 100 guatemaltecos. La inmunización colectiva avanza a un ritmo similar a Brasil (23,7 dosis/100 habitantes), Costa Rica (21,5), Argentina (21,1) y Panamá (18,1). Chile (85) y Uruguay (63,4) lideran ampliamente la vacunación en América Latina.

Ayudas a los países de su entorno

El Salvador está ayudando a los países de su entorno a avanzar en la vacunación. Este mes llegaron a Honduras 34.000 vacunas donadas por El Salvador tras la petición de varios alcaldes hondureños desesperados ante la falta de suministro para inmunizar a sus mayores. Las buenas relaciones de El Salvador con China debido a las inversiones de la Nueva Ruta de la Seda han favorecido su acceso a las vacunas del gigante asiático.

El Salvador registraba el peor dato de crecimiento de la región antes de la pandemia con una tasa del 2% del crecimiento anual. El país centroamericano persigue su reactivación económica con la esperanza puesta en las vacunas. El Salvador recibió un lote de 140.400 vacunas el pasado miércoles procedente del programa Covax de la OMS que persigue la distribución de dosis en países pobres y en vías de desarrollo.

El Salvador trata de anticiparse a la recuperación económica en América Latina prevista para principios del próximo año. El Fondo Monetario Internacional ha pronosticado que este año la expansión del PIB será mayor en los países emergentes (6,7%) que en las naciones más ricas del planeta (5,1%). El control de la Covid-19 es una excepción en Latinoamérica donde varios países enfrentan de nuevo picos de contagio y la escasez de vacunas. El Salvador mantiene su pulso al virus. Las nuevas variantes tampoco han doblegado la resistencia salvadoreña.