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Polémica

Los países de Europa del Este sí apoyan la ley húngara contra los homosexuales

En esta región muchos gobiernos se declaran defensores de las tradiciones y los valores cristianos

Activistas asisten a una marcha para protestar contra la ley aprobada por el Parlamento húngaro que, entre otros aspectos, prohíbe hablar sobre homosexualidad en los programas escolares ROBIN UTRECHTEFE

Mientras que en Europa occidental la polémica ley homófoba de Hungría ha causado una enorme indignación, los países excomunistas del Este han preferido no pronunciarse o apoyan directamente la legislación húngara, como Polonia y Eslovenia. Estos países, que entraron en la Unión Europea (UE) en la primera década del siglo -en el caso de Croacia en 2013- se sitúan también en el furgón de cola en la aceptación de los derechos de las minorías sexuales, según datos del Eurobarómetro.

A la pregunta “¿Las personas LGTBI deberían tener los mismos derechos que los heterosexuales?”, los países donde más ciudadanos respondieron negativamente en 2019 a esa afirmación coinciden con los que rechazan apoyar la carta de 17 líderes europeos contra Hungría. Los países de Europa del Este donde más ciudadanos consideran que las personas LGTBI deben tener los mismos derechos son Eslovenia (64 %) y República Checa (57 %).

En esta región muchos gobiernos se declaran defensores de las tradiciones y los valores cristianos, mientras que en Occidente eso choca con la libertad individual -incluida a la identidad sexual- que defiende la democracia liberal.

POLONIA

El Gobierno polaco, el principal aliado en la UE del primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, ha sido el más claro en su respaldo a la ley y su rechazo a cualquier crítica. Tanto el presidente polaco, Andrzej Duda, como el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, se negaron a firmar la declaración.

Orbán parece haberse inspirado en la dura retórica anti-LGTBI que el partido gobernante PiS tiene desde hace tiempo y que ha llevado a Duda a definir la homosexualidad como una “ideología neobolchevique”. El ministro polaco de Educación, Przemyslaw Czarnek, es uno de los miembros del gobierno polaco que se ha mostrado más explícito en su postura contra los derechos de la comunidad LGBTI.

Tras el desfile del Orgullo el 20 de junio en Varsovia, Czarnek comentó que esas reivindicaciones “no tienen nada que ver con la igualdad” y acusó a sus participantes de “fetichismo, corrupción de la moral pública y ofender a la moral”. Polonia es el país comunitario que menos derechos concede al colectivo LGTBI, según un informe publicado por la fundación “Rainbow Europe”, con sede en Bruselas y financiada por la UE. Según la ONG polaca Campaña contra la Homofobia, el 70 % de los adolescentes LGTBI polacos han tenido pensamientos suicidas.

ESLOVENIA

El primer ministro esloveno, el populista de derechas Janez Jansa, otro aliado de Orbán, reenvió esta semana varios mensajes críticos con la declaración contra Hungría, alegando que ésta pretende “imponer” ideas LGTBI “en los parvularios y escuelas”. Jansa, un admirador del expresidente estadounidense Donald Trump, encabeza una inestable coalición de varios partidos y la semana que viene asume la presidencia de turno de la UE.

CROACIA

En la vecina Croacia, con una profunda tradición católica, el gobernante partido conservador HDZ ha tomado una postura equidistante con el argumento de preservar la unidad en la UE. “Las declaraciones que no contribuyen a la unidad, creo que posiblemente traen más inquietud entre los países miembros”, dijo el ministro de Exteriores croata Gordan Grlic Radman, considerado por sus crítico como excesivamente cercano al Gobierno húngaro.

CHEQUIA

Más sutil y compleja es la situación en la República Checa, donde el primer ministro, el populista liberal Andrej Babis, no se ha unido a la carta de los 17 pero aun así ha anunciado que pedirá a Budapest una explicación sobre la ley. “Es necesario que esto se explique lo suficiente, porque no soy capaz de juzgar, así que hemos acordado que lo veremos en el marco del V4 (Grupo de Visegrado, integrado por Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría)”, dijo Babis tras la cumbre de Bruselas.

Para el analista Jiri Pehe, la postura checa se debe al “puro oportunismo político” del primer ministro, enfrentado a la UE por un supuesto conflicto de intereses. “Babis tiene problemas con la UE por su conflicto de interés, así que trata de mantener buenas relaciones con Orbán, que podría apoyarle”, señaló el experto en declaraciones a Efe.

ESLOVAQUIA

En Eslovaquia gobierna una heterogénea coalición entre populistas, liberales, conservadores y la extrema derecha que tiene buenas relaciones con Hungría. En la coalición está el partido ultraconservador “Somos Familia” (Sme Rodina), liderado por Boris Kollar, que ha tenido diez hijos con ocho mujeres distintas.

RUMANÍA

En Rumanía el Gobierno de centroderecha suele alinearse con el Partido Popular Europeo (PPE), pero en esta ocasión no se ha sumado al coro de críticas contra la ley húngara. Tanto el Gobierno como el presidente, el europeísta Klaus Iohannis, han guardado de momento silencio.

El analista político Mihai Isac atribuye motivaciones políticas internas al perfil bajo mostrado por Rumanía. Según Isac, el gobernante partido liberal PNL y del que viene también Iohannis “no quiere importar” a Rumanía el debate sobre género e identidad sexual. “Saben que la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) sacaría partido de este tema”, señala Isac en referencia a ese partido populista y profamilia tradicional que, con un 9 % del voto, entró por primera vez en el Parlamento rumano en las última legislativas.

BULGARIA

En Bulgaria gobierna hasta las elecciones del 11 de julio un Ejecutivo técnico dirigido por el exgeneral Stefan Yanev que no puede tomar decisiones de calado.

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