Dos años de investigación

La Fiscalía de Manhattan ultima si presenta cargos contra la Organización Trump

Los abogados que representan al entramado empresarial del ex presidente Donald Trump tienen de plazo hasta hoy para “convencer” a los fiscales

Simpatizantes del ex presidente de EE UU, Donald Trump, durante un acto en Wellington, Ohio
Simpatizantes del ex presidente de EE UU, Donald Trump, durante un acto en Wellington, OhioTony DejakAgencia AP

El lunes concluía el plazo fijado por la fiscalía de Nueva York a los abogados del ex presidente de EE UU, Donald Trump, para responder por qué, en su opinión, no debería de presentar cargos penales. Lo había adelantado el “Washington Post”, que apostaba porque los investigadores están muy cerca de anunciar los cargos contra las empresas del ex presidente y sus principales administradores. Pero para seguir adelante con sus pesquisas tanto la fiscal general de Nueva York, Letitia James, como el fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, necesitan información desde dentro.

Y según la que fuera vicepresidente de la Organización, Barbara Res, la explicación radica en que la empresa cultiva las lealtades contratando a los hijos de sus empleados. En otra entrevista, con Jim Acosta, de la CNN, Res explicó que Trump estaba al tanto de todo lo que sucedía y que nadie tomaba una decisión importante sin consultarle. Los fiscales investigan, entre otras cosas, si los contables falsificaron las declaraciones tributarias y si la empresa sobornó a sus ejecutivos.

Según Res, que trabajó con Donald Trump durante casi dos décadas, «Trump donó a los políticos como contrapartida. También ha dado obsequios y beneficios a los empleados durante décadas».

«Le encantaba dar cosas», dijo, «especialmente si no le costaba nada. Le encantaba dar cosas a las personas para ganarse su apoyo o su lealtad». También insistió en que Trump acostumbra a pedir «cosas que no son legales».

El hijo del director financiero, Allen Weisselberg, sería uno de los que están en nómina de la Organización. Hace un mes, cuando anunció sus intenciones, la fiscal James explicó que habían informado «a la Organización Trump de que nuestra investigación sobre sus empresas ya no es de naturaleza puramente civil. Ahora estamos investigando activamente a la Organización Trump en un proceso criminal, en colaboración con el fiscal de distrito de Manhattan».

Por su lado la fiscalía de Manhattan, dirigida por Vance, trabaja desde hace dos años en un caso penal contra el entramado empresarial del ex presidente. El “Washington Post” informó entonces que es muy poco común que las dos oficinas trabajen juntas, convergiendo en unas investigaciones que el caso de la fiscalía de Manhattan comienza con el testimonio del ex abogado de Trump, Michael Cohen. V

ance ya logró que el Supremo obligase a Trump a entregar sus declaraciones de impuestos. Anteriormente se las había denegado al Congreso. El ex presidente afirmó entonces que se trataba de una situación inédita. Que algo semejante jamás «le había sucedido a un presidente». «Todo ha sido inspirado», añadió, «por los demócratas de un lugar totalmente demócrata, la ciudad y el estado de Nueva York, controlados y dominados por un enemigo mío, el gobernador Andrew Cuomo».