Testimonio
Gervasio Sánchez: «Se ha dejado a 30 millones de personas en manos del terror»
El reportero apunta a la corrupción como causa del derrumbe del Gobierno afgano y responsabiliza a las potencias por dejar las “instituciones a personajes siniestros”
«Estuve allí en agosto de 1996, cuando los talibanes bombardeaban cada ciudad, y, en julio de 1997, con ellos en el poder, comprendí qué significaba vivir con el horror talibán». El fotógrafo Gervasio Sánchez observa los acontecimientos de estos días y lo comenta con pesar: «La guerra comenzó en Afganistán el último día de 1979. Yo todavía estaba en la universidad. Llevo viendo la guerra en ese país durante 42 años. Existen generaciones de mujeres y hombres afganos que no han conocido la paz. Hay que recurrir a los más ancianos para que hablen de ese tiempo». El colapso del Gobierno de Kabul, el derrumbamiento del orden, la atropellada retirada de la coalición internacional, que ha dejado para posteridad imágenes que jamás olvidará la conciencia Occidental, la pésima gestión política que se ha realizado en estos quinquenios y la ingente población que va a quedar atrapada en un país que se cierne sobre el abismo de la intransigencia religiosa, da a sus palabras un punto de indignación y de tristeza: «La situación real allí es lo que vemos a diario, pero multiplicado por cien. Solo asistimos a una parte del desastre que hay y que se avecina. Los dirigentes de más de cincuenta países han abandonado a los habitantes de esta nación en manos de un régimen que en el pasado fue de terror. Es una demostración palpable de la cobardía y el cinismo de la comunidad internacional, que ha actuado de manera vergonzosa. Puedo estar a favor de que un país deje una misión, pero no de que se marchen como lo han hecho... han asaltado el aeropuerto de Kabul. He estado allí. Lo conozco. Está vigilado por miles de militares norteamericanos y turcos, y te aseguro que no es nada fácil entrar».
Gervasio Sánchez ha visitado esa tierra en numerosas ocasiones. Conoce los pueblos, las gentes, la geografía y las costumbres. Ha retratado a sus mujeres y sus niños. Conoce quiénes son los señores de la guerra, las milicias, lo que han hecho los guerrilleros de turbante negro que ahora han bajado de las montañas y están imponiendo su ley... «El resultado es un desastre sonoro y, además, abandonar a toda una nación entre radicales». Las causas del desastre son evidentes para él y las distingue con claridad a pesar de la bruma oratoria de las excusas y los discursos oficiales. «Era un Gobierno corrupto. El presidente se ha marchado a su avión con maletas cargadas de dinero. La corrupción estaba generalizada. Si alguien ha estado allí y hablaba con cualquier alto jefe militar de nuestros contingentes o de otros, lo sabía perfectamente. Los americanos conocían de sobra que era un ejército de azucarillo, que se disolvería enseguida, a la primera. Había batallones que no existían, que eran unidades fantasmas. Los oficiales estaban al frente solo para llevarse el dinero y nada más. En cuanto han visto lo que ocurría, no lo han dudado y se han largado». Uno de los aspectos que le inquietan es el rescate de los españoles residentes y el personal afgano que ha colaborado con nuestras fuerzas destacadas en Afganistán a lo largo de todo este tiempo. Son esas personas que ahora los talibanes buscan casa por casa y puerta por puerta. «Muchos de estas personas viven fuera de la capital, como es el caso de los traductores. Ahora están intentado llegar a Kabul. Algunos no lo van a lograr porque apenas disponen de días para desplazarse. Si te llaman para que te presentes en dos horas, no podrán llegar al lugar de encuentro en el plazo exigido. Ni siquiera estando en la ciudad, por el caos que existe en este momento. Es vergonzoso. El Ministerio de Defensa y Asuntos Exteriores han tenido ocho años, desde septiembre de 2013, cuando se ultimó el repliegue del contingente español de Badgis y Herat, para preparar la evacuación de los traductores y el personal laboral que ha trabajado con nosotros”.
El motivo del caos
Gervasio Sánchez, que ha reconocido la labor de los soldados destacados y las ganas que han puesto en sus misiones para ayudar y asistir a los habitantes de las ciudades y los pueblos, subraya, en cambio, la torpeza de los dirigentes que, una vez que ganaron la guerra de 2001, entregaron el Gobierno afgano a los peores individuos que había en la nación. «Afganistán ha caído porque durante 20 años no nos han dicho la verdad. Nos han contado una ficción de país. Los aliados estaban para mejorar las condiciones de los ciudadanos y democratizar el país, pero han permitido la corrupción». No solo subraya este aspecto, sino que señala uno de los mayores errores que se han cometido y que ha llevado a este momento: «Dejaron las instituciones en manos de personajes siniestros, en señores de la guerra que han cometido crímenes de guerra y que deberían haber sido juzgados en tribunales internacionales, como ha sucedido en Yugoslavia y Ruanda. Todos contemplaron que esos individuos detestables, que debían estar encarcelados y que habían destruido el país, se hacían más poderosos y vivían en grandes mansiones. Por eso, la población ha dejado de creer en la comunidad internacional, porque han dado el poder a esa gente».
El temor que existe a que, en el futuro, Afganistán vuelva a albergar grupos terroristas es generalizado. Gervasio Sánchez comenta que «Los talibanes han evolucionado. No son los de hace 25 años. Hoy existen redes sociales, teléfonos... Ellos dicen que no van a expulsar a las niñas de las escuelas, pero ¿quién se lo puede creer? Ahora existe un gran vacío de poder, los funcionarios esperan a ver qué ocurre, las embajadas aguardan órdenes. Es el momento de presionarlos para que no impongan un emirato salvaje».
✕
Accede a tu cuenta para comentar