Análisis
“EE UU comenzará a cooperar pronto con los talibanes para vigilar al Estado Islámico”
Christoph Zürcher, profesor de la Escuela de Asuntos Públicos de la Universidad de Ottawa, analiza para LA RAZÓN si Afganistán volverá a ser base de las organizaciones terroristas
-Los talibanes perfilan el Gobierno del Emirato Islámico sin presencia de mujeres en contradicción con su discurso más moderado sobre el respeto a la igualdad de género. ¿Cabe esperar una diferencia entre los talibanes de hoy y los de su primer mandato 1996-2001?
-Los talibanes siempre han tenido muy claro que querían establecer un Emirato Islámico basado en la ley de la ‘sharía’. Eso excluye las elecciones democráticas, al menos para la máxima autoridad, un poco como lo que sucede en Irán, donde el más alto poder se basa en el liderazgo religioso del líder supremo. En cuanto al rol de las mujeres, los talibanes han dicho que podrán participar en la vida pública y tener derechos de acuerdo a la ley islámica. La ‘sharía’ no está codificada, es una cuestión de interpretación y es diferente en función del contexto. Espero ver que las mujeres tienen cierto acceso a la vida pública. Se les permitirá trabajar en “empleos de mujeres” (maestra en una escuela de niñas, enfermeras para pacientes femeninas, trabajos de oficina donde no suelen tratar con hombres, etc.), pero todavía se encontrarán con restricciones muy importantes en el día a día. En la práctica, las mujeres tendrán menos derechos que los hombres.
-¿Volverá a ser Afganistán un santuario del terrorismo internacional?
-Lo dudo. Los talibanes nunca fueron una organización terrorista internacional. Son un movimiento muy nacionalista, sin ninguna aspiración en la yihad global. Dicho esto, todavía Al Qaeda y el Estado Islámico (EI) operan en Afganistán. Para los talibanes, el EI es un enemigo y un problema. Vaticino que Estados Unidos comenzará a cooperar pronto con los talibanes para vigilar al Estado Islámico.
-Afganistán se enfrenta a una economía asfixiada y a una crisis humanitaria. ¿Dejarán marcharse a aquellos afganos que quieran abandonar un país sin oportunidades?
-Incluso antes de que los talibanes se hicieran con el poder, uno de cada dos afganos quería salir del país si se les daba la oportunidad. La mayoría de los que pretendía irse afirmaron que les gustaría hacerlo a Irán, Pakistán o Turquía, no necesariamente a un país occidental. Estoy seguro de que ahora incluso más afganos buscarán escapar, y muchos lo conseguirán. Por ahora no sabemos aún si los insurgentes impondrán un fuerte régimen fronterizo y tratarán de prohibir la inmigración.
-Tras 20 años de presencia estadounidense, ¿quién gestionará ahora el aeropuerto de Kabul?, ¿pueden tener dificultades los talibanes para ponerlo en funcionamiento de nuevo?
-Afganistán carece de capacidad técnica para operar aeropuertos internacionales. De hecho, tanto Kabul como Mazar-e Sharif dependían del control de tráfico estadounidense. Es importante para todos que los aeropuertos afganos permanezcan abiertos, por lo que espero que haya un acuerdo con un tercer país para gestionarlos. Otro problema es la seguridad, pues los talibanes tienen que demostrar aún que pueden garantizar la seguridad del tráfico aéreo y protegerlo de los ataques terroristas del Estado Islámico.
-¿Cómo espera que la comunidad internacional trate al nuevo gobierno talibán? Los insurgentes anhelan el reconocimiento y parece que de momento contarán con el apoyo político, diplomático y financiero de algunas potencias como China, Rusia y Turquía.
-Imagino que las potencias occidentales aceptarán tarde o temprano la nueva realidad e intentarán comprometerse con los talibanes en determinados aspectos. Ahora necesitan que los talibanes luchen contra el Estado Islámico dentro de su territorio. También está el problema de las exportaciones de opio. Nadie quiere que los talibanes inunden el mundo con más opio. Además, un Afganistán gobernado por los talibanes es aún menos grave que una guerra civil étnica (que todavía podría ocurrir), por lo que conseguir algo de estabilidad es lo deseado por Occidente. Luego tenemos la crisis humanitaria, pero creo que muchos países occidentales continuarán ayudando y quizás brindarán también algo de apoyo para la estabilidad y el desarrollo en Afganistán. Al mismo tiempo, los países occidentales intentarán utilizar las promesas de donaciones a cambio de algunas concesiones de los talibanes con respecto a los derechos de las mujeres y los derechos civiles.
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