Derrota en las primarias

El Kirchnerismo se agrieta

Cristina Fernández arremete contra su «delfín» tras el fiasco electoral que anticipa un cambio de ciclo en Argentina

Apenas al día siguiente, la propia expresidenta Cristina Kirchner publicó una carta que confirmó el quiebre
Apenas al día siguiente, la propia expresidenta Cristina Kirchner publicó una carta que confirmó el quiebreJuan Ignacio RONCORONIAgencia EFE

“Con los Kirchner, solo se puede ser súbdito o enemigo”. La frase que se le atribuye borrosaente a un antiguo colaborador del expresidente de Argentina Néstor Kirchner está siendo retomada por estos días en la nación austral luego del público impassse entre el mandatario Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Kirchner, viuda de aquél.

Luego de la derrota en las PASO, unas elecciones primarias que dan cuenta del ambiente electoral de cara a los comicios parlamentarios de noviembre, el Frente de Todos que agrupa al kirchnerismo entró en barrena. Acusaciones fueron y vinieron, con el presidente en la diana de casi todos. Su manejo de la pandemia y de la economía como principal argumento.

El miércoles se conoció de una ola de renuncias en su gabinete ministerial. Y también se hizo viral un audio de la diputada Fernanda Vallejos en el que le propinó insultos llamándolo mequetrefe que “no tiene votos, no tiene legitimidad, no lo quiere nadie, y que “no tiene ningún mérito propio para estar sentado ahí. Y entonces se tiene que allanar a lo que le diga Cristina que tiene que hacer”.

Apenas al día siguiente, la propia expresidenta Cristina Kirchner publicó una carta que confirmó el quiebre. En el texto, la exmandataria insistió en la necesidad de hacer cambios en el gabinete tras considerar que “hay funcionarios y funcionarias que no funcionan”, después de “semejante catástrofe política”.

Le recordó al presidente que fue ella quien lo postuló como candidato a la Casa Rosada en 2019. “Sólo le pido al presidente que honre aquella decisión”, se lee en el documento en el que enumera las veces que ha conversado este año con el primer mandatario reclamando que hayan sido pocas y convocadas por ella misma.

“Señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez. Me cansé de decirlo”, escribió.

La peronista arremetió además contra varios funcionarios cercanos al mandatario como el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, a quien acusó de hacer “operaciones en off” para perjudicarla a ella y a “nuestro espacio político”.

Poco antes, también en Twitter, Alberto Fernández había dicho que “no es este el tiempo de plantear disputas”, al afirmar que había escuchado al pueblo. “La coalición de gobierno debe escuchar el mensaje de las urnas y actuar con toda responsabilidad”.

Agregó que “la altisonancia y la prepotencia no anidan en mí. La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido. Lo haré llamando siempre al encuentro entre los argentinos”, sostuvo Fernández en su cuenta de Twitter.

Entonces, ¿Quién manda en Argentina? Nunca hasta ahora las cabezas del Ejecutivo argentino se habían enfrentado tan abiertamente, con la tensión que significa un presidente sin votos pero con el poder formal y una vicepresidenta sin poder formal pero con votos; una característica de la primera mitad de la gestión.

Este viernes se esperaban las confirmaciones del nuevo gabinete. Alberto Fernández había dicho al medio local El Destape que lo tenía “bastante avanzado” y que “voy a ordenar el gabinete y terminar con esta discusión”.

En el entorno político nacional se hablaba de que tendrá “una fuerte impronta peronista”, que garantice el respaldo de la vicepresidenta. Las conversaciones cuentan con Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, como mediador.

Entre los bandos en tensión hay conciencia de la necesidad de mantener la unidad, sortear las rupturas y evitar el colapso. Al kirchnerismo le quedan dos años al frente del Ejecutivo y necesita mejorar sus posibilidades para las parlamentarias venideras.

El analista Nicolás Lantos dice que “Alberto sacó su antiguo instinto de operador político para tejer una red de apoyo entre gobernadores, sindicalistas, empresarios y dirigentes con espalda política propia”. En respuesta, Cristina Kirchner “sacó los trapos al sol para llevar nuevamente la discusión al terreno en el que se siente más cómoda. Menos palacio y más calle. O, en este caso, redes sociales”. Una puja con capítulos por venir.

Ajedrez en Buenos Aires

Durante la tarde de este viernes, por la Casa Rosada se vio desfilar a distintas figuras de la política argentina, mientras puertas adentro se decidía un nuevo gabinete presidencial, como manera de cerrar heridas del kirchnerismo que ha visto enfrentado al presidente Alberto Fernández con su vicepresidenta Cristina Kirchner.

El exministro de Justicia del gobierno de Néstor Kirchner, Alberto Iribarne, fue visto en el palacio de gobierno, así como al jefe de Gabinete Santiago Cafiero, hombre de confianza de Fernández pero cuya salida del Ejecutivo reclama Cristina. Fernández estaría dispuesto a ceder.

La vicepresidenta, entretanto, mantuvo reuniones en el Congreso (es la cabeza de la cámara del Senado), mientras se esperaba confirmación de que dos gobernadores provinciales se sumarían al tren Ejecutivo: convocados por Fernández tendrían el visto bueno de la vicepresidenta.

Se pudo conocer que Alberto Fernández anunciará finalmente el lunes los cambios en su equipo de gobierno.