Estados Unidos

Joe Biden, el guardián del mundo libre

En la cumbre de las democracias, el presidente de Estados Unidos propondrá crear un frente común contra el ascenso autoritario de China y Rusia. La participación de Taiwán tensa la relación con Xi Jinping

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Los próximos 9 y 10 de diciembre, y en formato virtual, tendrá lugar la Cumbre de Líderes por la Democracia convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El inquilino de la Casa Blanca aboga por establecer una agenda para la renovación democrática y fortalecer las bases de la democracia como una de las finalidades principales de esta Cumbre, pero también posicionar a su país como líder mundial frente a las crecientes amenazas de los autoritarismos, alentadas principalmente por China y Rusia. A través de esta cumbre por la democracia, Biden pretende poner en marcha junto al resto de los líderes mundiales invitados, un total de 110 países entre los que se incluyen España, Taiwán y Polonia, una serie de compromisos e iniciativas encaminados a la defensa del sistema de libertades, la garantía del respecto de los derechos humanos y la lucha contra la corrupción.

De la lista de participantes invitados por el presidente de EE UU destacan los miembros del la Unión Europea al completo, a excepción de Hungría. Sus grandes aliados Alemania, Francia y el Reino Unido, así como sus vecinos México y Canadá. Del resto de las Américas, Biden también contará con Colombia, Chile, Perú, Ecuador y Brasil, con cuyo mandatario, Jair Bolsonaro, el ex presidente Donald Trump mantuvo muy buena relación y al que con frecuencia se le acusa de impulsar políticas populistas que dejan de lado las buenas prácticas democráticas.

Taiwán también está en la lista de países invitados, siendo con toda probabilidad la invitación más simbólica y controvertida. Con este gesto, la Administración Biden pone de manifiesto una vez más, y a pesar de los intentos de acercamiento de EE UU con China, su apoyo a la isla, cuyo territorio reclama el gigante asiático como propio. Japón, Corea del Norte, la India y Filipinas también se suman a la cumbre de las democracias procedentes del continente asiático.

Otra presencia destacable será la de Polonia, después de haber protagonizado enfrentamientos directos con el bloque europeo recientemente, sembrando las dudas sobre su falta de respecto hacia los los Derechos Humanos. El Departamento de Estado de EE UU también ha traslado la invitación a Juan Guaidó, generando malestar en el régimen de Maduro por considerar que más que una cumbre es una «persecución» de las democracias. Israel e Irak serán los únicos países que participen de Oriente Medio. Y Angola, Nigeria, Malaui, Senegal y Zambia lo harán por parte de África. Brillará también por su ausencia la participación de sus aliados Egipto y Turquía, a pesar de ser este último miembro de la OTAN.

Jefes de Estado y de Gobierno de todos esos países, así como representantes de la sociedad civil, del sector privado y filantrópico, se darán cita online la próxima semana para poner en común su perspectiva y planteamientos, compartiendo éxitos alcanzados, facilitando la colaboración internacional y dando a conocer con honestidad los grandes desafíos a los que se enfrenta la democracia liberal desde su propia experiencia y bajo el contexto de cada uno de las potencias que participan.

La libertad para votar y la capacidad de expresar opiniones sin temor a represalias son características propias que una democracia fuerte y dinámica ofrece a sus ciudadanos, ha adelantado Estados Unidos antes el esperado encuentro, y así lo pondrán de manifiesto los participantes con miras a identificar las claves para construir entre todos un futuro mejor.

El presidente Biden ha reconocido que el gran desafío actual al que se enfrentan los países es demostrar que las democracias es el modelo político por excelencia para garantizar la libertad y la prosperidad de sus ciudadanos. Lo cierto es que el presidente de EE UU llega reforzado a esta trascendental cita con el mundo. Y es que, durante su casi primer año de mandato, Biden ha podido alcanzar el desafiante reto de vacunar al 70% de la población estadounidense, a pesar del excepticismo que en muchas ocasiones está alimentado por el Partido Republicano. La gestión de la pandemia ha estado totalmente polarizada y politizada en Estados Unidos, hasta el punto en el que algunos sectores han convertido el uso de las mascarillas en una nueva guerra cultural.

Pero la aprobación del plan de rescate tras los devastadores efectos sanitarios y económicos de la pandemia de covid-19, el ambicioso plan de infraestructura de Biden y los beneficios sociales y climáticos puestos en marcha, así como la reciente votación bipartidista para evitar el cierre del Gobierno hasta febrero, refuerzan su posición como líder al frente de la Casa Blanca y posicionan su liderazgo internacional. El lema tras su victoria electoral ha sido «America is back» (América está de vuelta) frente a los años de aislamiento de Trump. Desde que tomó posesión del cargo por su búsqueda del restablecimiento de las alianzas con socios democráticos, instando a la comunidad internacional a rechazar las violaciones de los derechos humanos, así como abordar la crisis climática y combatir los efectos que la pandemia que todavía está golpeando en todo el mundo. Antes de que haya dado comienzo la primera Cumbre de líderes mundiales por la democracia ya se ha anunciado la convocatoria de la segunda, que tendrá lugar en diciembre del año que viene, doce meses después del primer encuentro, para mostrar los avances logrados en referencia a los compromisos adquiridos.

los próximos 9 y 10 de diciembre. Para entonces, tanto Biden como el resto de los invitados esperan poder realizar el encuentro en persona, dejando atrás las restricciones impuestas por la pandemia y sus devastadoras consecuencias.