Ronda diplomática

Los talibanes inician en Oslo tres días de reuniones con las potencias europeas y EE UU

La delegación afgana hablará de derechos humanos pero también tratará que se descongelen los 10.000 millones de fondos por parte de Washington y Occidente

Representantes de la delegación talibana en el hotel Soria Moria de Oslo, donde se desarrollan la conversaciones
Representantes de la delegación talibana en el hotel Soria Moria de Oslo, donde se desarrollan la conversacionesTORSTEIN BOEAgencia EFE

Una delegación talibán, la primera en visitar Europa desde la vuelta al poder de los fundamentalistas islamistas en Afganistán, inició este domingo conversaciones en Oslo con miembros de la sociedad civil afgana centrándose en particular en los derechos humanos, según dijo el gobierno noruego.

En la reunión participan mujeres defensoras de los derechos humanos en Afganistán así como miembros de la diáspora afgana. Tras sus conversaciones con la sociedad civil de este domingo, los talibanes se reunirán el lunes con representantes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y la Unión Europea, mientras que el martes se dedicará más a los contactos bilaterales con las autoridades noruegas.

Encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Amir Khan Muttaqi, la delegación talibana dedicará el primero de su visita de tres días a reuniones con activistas feministas y periodistas, entre otros, antes de reunirse con diplomáticos occidentales el lunes y martes.

Dentro de la delegación -exclusivamente masculina- de quince miembros, que llegó el sábado por la noche a bordo de un avión fletado por Noruega, figura Anas Haqqani, uno de los responsables de la red Haqqani, un clan considerado como terrorista por Estados Unidos y que tiene un importante peso en el actual gobierno afgano.

Haqqani, que no tiene ninguna función oficial en el gobierno, estuvo encarcelado durante varios años en una prisión estadounidense cerca de Kabul, antes de ser liberado en 2019 durante un intercambio de prisioneros.

Facilitados por Noruega, estos debates se desarrollan a puerta cerrada en el interior del hotel Soria Moria, en las afueras de Oslo, mientras Afganistán, privado de ayuda internacional y afectado por varias sequías, se sume en una grave crisis humanitaria.

Estos encuentros en la capital noruega “no constituyen legitimación ni reconocimiento” por parte del país escandinavo, insistió este viernes la ministra noruega de Asuntos Exteriores, Anniken Huitfeldt, mientras que ningún país ha reconocido hasta ahora al Gobierno de los talibanes, expulsados en 2001 pero que volvieron al poder el pasado mes de agosto tras una ofensiva relámpago.

Antes de posiblemente reanudar su ayuda a Afganistán, la comunidad internacional está a la espera de ver cómo los fundamentalistas islámicos pretenden gobernar Afganistán, después de haber pisoteado en gran medida los derechos humanos durante su primer período en el poder entre 1996 y 2001.

Durante las conversaciones, Muttaqi seguramente presionará la demanda de los talibanes de que se liberen casi 10.000 millones congelados por los Estados Unidos y otros países occidentales, ya que Afganistán enfrenta una situación humanitaria precaria.

Las Naciones Unidas lograron proporcionar algo de liquidez y permitieron que la nueva administración pagara las importaciones, incluida la electricidad, pero advirtió que hasta un millón de niños afganos corren peligro de morir de hambre y que la mayoría de los 38 millones de habitantes del país viven por debajo de la línea de pobreza.

La delegación estadounidense, encabezada por el Representante Especial para Afganistán, Tom West, planea discutir “la formación de un sistema político representativo; respuestas a las urgentes crisis humanitarias y económicas; preocupaciones de seguridad y contraterrorismo; y derechos humanos, especialmente educación para niñas y mujeres”, según un comunicado emitido por el Departamento de Estado.