«Temo que suframos una emboscada»

A las 7:30 de la mañana, hora local, los GEO encargados de la seguridad de la Embajada española en Kiev arriaron la enseña nacional hasta un futuro no especificado. La Embajada se cerró a las 9:00 con dos vueltas de cerrojo y el personal diplomático se dirige ahora a Polonia o Leópolis (el destino final dependerá de la accesibilidad de las carreteras) junto con cerca de cien españoles evacuados. Esta segunda caravana de desplazados sigue a un minibús que salió ayer de la capital ucraniana con dieciocho civiles españoles escoltados por algunos de los GEO. La evacuación de españoles ha sido gestionada en conjunto con el resto de embajadas de la UE, y las fuerzas rusas tienen constancia de la posición de estos convoyes para evitar posibles accidentes provocados por el caos de la guerra.

Se espera que pasen largas horas hasta que el convoy que salió ayer llegue a su destino. Las carreteras que salen de Kiev están colapsadas y apenas ha recorrido 20 kilómetros en las primeras dos horas y media de trayecto. Una vez en Polonia, los evacuados pasarán a cargo de la Embajada española en este país, que se encargará de su repatriación vía aérea. Entre los evacuados hay todo tipo de personas: españolas casadas con ucranianos y cuyos maridos se han visto obligados a quedarse en Kiev, familias residentes en Ucrania con niños y recién nacidos, empresarios a quienes el ataque ruso les pilló mientras se encontraban de paso en el país... «Va a ser una noche muy larga y temo que ocurra alguna emboscada en la frontera polaca», comenta preocupada Judit. «Yo no me quería ir porque mi novio es ucraniano, pero mi madre estaba muy preocupada», añade.

Ninguno de los españoles esperaba que el presidente ruso fuera a atacar todo el país. Algunos dudaban a la hora de abandonar su casa, su coche, su vida en definitiva. Los españoles casados con ucranianas o que llevan décadas viviendo en la capital se han tenido que enfrentar a difíciles dilemas morales al dejar atrás a sus familias políticas y las vidas que con tanto esfuerzo han construido. Los pocos españoles que han decidido quedarse en Ucraniano podrán acudir ya a la Embajada para salir. Según Exteriores quedan unos cien compatriotas, la mayoría de ellos con doble nacionalidad, por lo que están muy enraizados en Ucrania, han preferido quedarse.

La embajadora de España en Kiev, Silvia Cortés, también abandonó ayer la capital. En este sentido, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, lamentó que España no haya podido mantener «desgraciadamente» la embajada en Kiev «más tiempo operativa» pese a que estuvo funcionando últimamente solo con «su personal más esencial» por motivos de seguridad. Al cierre de esta edición, el Ministerio del Interior informó de que desplegará un nuevo grupo de GEO en la frontera de Ucrania en el marco de la «operación Prusia» para asegurar el paso de los convoyes que han partido de Kiev con personal consular y un grupo de españoles. Al igual que ocurrió con el repliegue de las tropas españolas en Afganistán y la evacuación del personal diplomático y sus colaboradores, el grupo de élite de la Policía Nacional lleva ya dos semanas garantizando la seguridad de la Embajada española en Ucrania y los compatriotas ante el inminente ataque ruso que finalmente comenzó este jueves. La Embajada contaba ya con un equipo de seguridad de la Policía Nacional que fue reforzado la semana pasada con un grupo de GEO. Los agentes se han encargado también de asegurar físicamente el edificio de la embajada de España tras la salida del segundo y último convoy, en el que viajó la embajadora. Junto con las labores de seguridad, los agentes están atendiendo las necesidades de los evacuados (agua, alimentos y sanitarias). Y en el marco de esta operación, en las próximas horas un nuevo grupo de GEO se desplegará en la frontera con Ucrania con Polonia para asegurar el paso de los convoyes por la frontera.