Opinión

Refuerzo del flanco norte de la Norte y el tabú nuclear

El aumento del control de la OTAN sobre el mar Báltico tras la adhesión de Suecia y Finlandia sería problemático para Rusia

Señales del tráfico ferroviario en la frontera entre Kaliningrado y Lituania
Señales del tráfico ferroviario en la frontera entre Kaliningrado y LituaniaVALDA KALNINAAgencia EFE

A primera vista, la adhesión de Suecia y, especialmente, de Finlandia a la OTAN ayudará a reforzar el control estratégico en el Norte. Si bien se sabe que ambos países han realizado una serie de ejercicios militares con la OTAN, sus fuerzas ahora estarían bajo un mando conjunto. Por supuesto, aquí tenemos que pensar en la geografía. El aumento del control de la OTAN sobre el mar Báltico sería problemático para Rusia dado que es su punto de acceso marítimo a San Petersburgo y al enclave de Kaliningrado. Si bien el presidente ruso, Vladimir Putin, no pareció expresar ninguna preocupación al respecto, la retórica podría ser bastante diferente de lo que sucede en la realidad. Ha habido señales contradictorias, ya que, en primer lugar, esto significaría que Rusia compartiría una frontera de 1.300 kilómetros con la OTAN, que tendría que defender (desde la perspectiva rusa). Esto también podría ser un vector de ataque por parte de Rusia.

En segundo lugar, y más importante, Kaliningrado es un lugar geoestratégico y militar para Rusia, y está muy cerca del corazón de la OTAN, ya que tiene fronteras con Polonia y Lituania, pero no con la propia Rusia, y la salida al mar Báltico, donde Rusia tiene instalada la Flota del Mar Báltico. Por lo tanto, será importante que Rusia refuerce sus defensas en Kaliningrado para, como dijo Putin, “restaurar el equilibrio militar”, en caso de que la OTAN decida desplegar contingentes militares en sus proximidades.

El temor es que Rusia, en respuesta, podría amenazar con usar armas nucleares (en Kaliningrado) para disuadir cualquier posible ataque de la OTAN. Esto, por supuesto, amenazaría la seguridad no solo en el norte, sino en todo el continente europeo. Dependerá mucho de la diplomacia y de lo que haga la OTAN para encontrar un modus vivendi con Rusia que no dé la impresión de que la adhesión de Suecia y Finlandia pueda amenazar la seguridad nacional de Rusia. Especialmente, considerando lo que está sucediendo en Ucrania, sería muy importante garantizar que no se creen nuevos frentes. Como se dijo, Rusia es una potencia nuclear y, si bien todas las amenazas de uso de armas nucleares aún se encuentran en el ámbito de la retórica, no deben tomarse a la ligera.

*Doctora e investigadora en el King’s College London Defence Studies