Análisis

“Usar el gas como arma se volverá contra Rusia como un bumerán”

El analista Markus Ziener afirma que los envíos de armas de Occidente a Ucrania “están surtiendo efecto, pero todavía no son un punto de inflexión”

Vladimir Putin
Vladimir PutinALEXEI NIKOLSKY / SPUTNIK / KREMAgencia EFE

Markus Ziener, investigador del German Marshall Fund, responde varias preguntas de LA RAZÓN sobre el curso de la guerra en Ucrania cuando se cumplen seis meses de la invasión ordenada por Vladimir Putinel 24 de febrero. Desde entonces, el gobierno de Volodimyr Zelenski ha recibido miles de armas y sistemas de defensa avanzados como el HIMARS, que han ayudado a frenar al ejército ruso en el este del país.

Parece que Rusia se está quedando sin misiles avanzados y le cuesta reclutar tropas profesionales. ¿La falta de armas y de unidades militares es un gran problema para Rusia en este momento o podría serlo a largo plazo?

En el sexto mes de la guerra en Ucrania es cada vez más difícil seguir la pista y hacer evaluaciones certeras. La atención del mundo se dirige a otros conflictos más recientes que llenan cada vez más las portadas de los medios de comunicación. Los servicios de inteligencia occidentales informaban constantemente sobre las graves debilidades del ejército ruso e incluso predecían su inminente colapso, pero nada de esto está ocurriendo. Por el contrario, Rusia sigue avanzando lentamente en Donbás y la defensa de la ciudad capturada de Jerson sigue funcionando. Las entregas de armas de Occidente están surtiendo efecto, pero todavía no están ayudando a lograr un punto de inflexión. Occidente aún no ha compensado el problema básico de Ucrania, que es la falta de armas modernas. Por ejemplo, Ucrania no ha recibido sistemas defensa aérea de largo alcance o en todo caso ha recibido pequeñas cantidades. Sólo cuando se produzca un cese total de los ataques rusos o cuando las tropas rusas se retiren como lo hicieron cerca de Kyiv en marzo se podrá hablar de una situación decisiva. Así que las narrativas occidentales hay que tomarlas con mucha precaución. Hay que ser cauteloso al hablar de los problemas militares rusos.

¿Qué lecciones extrae de los seis meses de guerra en términos de estrategia militar?

El poder militar ruso se sobrevaloró en las primeras semanas de la guerra, pero las cosas han cambiado. Parece que Rusia ha aprendido de sus graves errores en la fase inicial, cuando la falta de coordinación y planificación provocó enormes pérdidas y finalmente la retirada del avance hacia Kyiv. Al mismo tiempo, la destrucción por parte de Rusia de las fábricas de armas ucranianas ha provocado una situación en la que Kyiv depende casi por completo de los suministros de armas procedentes del extranjero. La guerra continúa y Ucrania no ha podido recuperar sustancialmente lo que ha perdido. Está claro que Rusia ha subestimado la fuerza militar, la resistencia ucraniana y la ayuda occidental a Kyiv. Al mismo tiempo, aunque Ucrania resistió valientemente a la maquinaria militar rusa, sigue sufriendo sus propios errores en la fase inicial de la guerra, cuando, por ejemplo, Jerson quedó bajo control ruso a principios de marzo.

Rusia no está aislada internacionalmente como le gustaría a Estados Unidos. Muchos países africanos y sobre todo asiáticos no han condenado la agresión rusa. ¿Cómo puede esta guerra dividir al mundo en dos bandos?

El apoyo a Ucrania y a Occidente está muy limitado a ciertas partes del mundo. La propaganda rusa que difunde la narrativa de estar rodeado por la OTAN y que Moscú tuvo que liberarse con esta guerra ha sido reconocida por muchos países. ¿Por qué? Para algunos, es una oportunidad de vengarse de Estados Unidos o de saldar viejas cuentas de la época colonial. También podrían creer que están mejor con Rusia (o China) como socio. Esto, sin embargo, podría ser una gran falacia. Rusia sentirá las consecuencias de las sanciones dentro de uno o dos años. Lo que ahora podría evitarse económicamente tendrá el efecto de una importante recesión más adelante. El poder económico de Rusia disminuirá, y los ingresos por la venta de energía se reducirán. Utilizar la energía como arma, como está ocurriendo ahora, es una política de bumerán. En Occidente, esto ya está provocando un distanciamiento de la energía rusa y una reorientación hacia otras fuentes. Seguro que Rusia perderá la mayoría de los mercados de venta occidentales económicamente atractivos.

La explosión de la bomba contra la hija de Dugin y los ataques de Ucrania en Crimea y otras zonas fronterizas revelan un giro en el conflicto. ¿Se está volviendo Ucrania más asertiva contra Moscú? ¿Qué significan estos acontecimientos?

Kyiv se ha distanciado claramente del atentado contra la nacionalista rusa Daria Dugina (que podría haber estado dirigido a su padre, mucho más importante). Esto fue diferente a lo ocurrido en el pasado, cuando sucedieron cosas similares y Kyiv tardó en reaccionar. Sin embargo, todavía no está claro quién está detrás de la explosión de la bomba y sigue siendo una posibilidad que los ucranianos hayan tenido algo que ver. También es posible que el trasfondo del atentado sea puramente ruso. Es muy posible que este episodio sea el preludio de una nueva fase de la guerra contra Ucrania. Los principales propagandistas rusos ya están pidiendo un ataque contra los “centros de decisión” como respuesta. Sin embargo, una cosa está más clara cada día: Kyiv quiere llevar la guerra a suelo ruso para que el pueblo de Rusia sienta lo que realmente está pasando. En las calles de Moscú y San Petersburgo la guerra queda muy lejos y sólo es algo con lo que la gente entra en contacto si se enfrenta a la propaganda estatal. La mayoría de los soldados caídos y heridos proceden de lugares remotos de Rusia, por lo que ni siquiera de palabra se puede saber mucho de la realidad sobre el terreno en las grandes ciudades rusas.