Asia

Sin submarinos nucleares hasta 2040, Australia busca bombarderos y misiles para disuadir el poder militar de China

Expertos analizan las posibilidades de defensa del ejército australiano bajo el paraguas de la tecnología militar estadounidense

Un submarino de propulsión nuclear de EEUU clase Los Angeles
Un submarino de propulsión nuclear de EEUU clase Los AngelesCreative CommonsCreative Commons

Hace un año el Gobierno australiano decidió romper un contrato militar con Francia que conllevaba la compra de doce submarinos convencionales por valor de 30.000 millones de euros. Al mismo tiempo que Canberra daba esta noticia, anunciaba su incorporación al pacto defensivo AUKUS integrado por Estados Unidos, Australia y Reino Unido, que implica, entre otras cuestiones, la compra por la parte australiana de hasta 8 submarinos de propulsión nuclear a sus socios estadounidense o británicos.

El giro australiano dejó muy tocada a Francia. Detrás de la decisión del gobierno australiano está el miedo al poder militar que está proyectando China y a la necesidad de mantener a Estados Unidos comprometido en la región del Indo-Pacífico -donde se mueven la mitad de los 470 submarinos no nucleares del mundo- para hacer frente al expansionismo del gigante asiático.

Las desavenencias entre China y Australia han crecido en los dos últimos años acompañadas de un creciente desconfianza entre los dos países, una beligerancia que comenzó cuando Canberra pidió una investigación independiente sobre el origen de la covid en China. Cabe recordar que hasta la explosión de la pandemia, ambos países tenían buenas relaciones de vecindad. Desde entonces, el deterioro de la diplomacia bilateral es constante, con nuevos aranceles y embargos impuestos a los productos australianos e incluso un roce militar con un caza chino J-20 que, según Canberra, puso en peligro la tripulación de un avión australiano de reconocimiento.

El acuerdo en torno a la alianza AUKUS no solo implica la construcción en Australia de los submarinos de propulsión nuclear de tecnología estadounidense. También incluye el intercambio de tecnología en muchas otras áreas, desde la computación cuántica y la guerra electromagnética hasta los sistemas no tripulados y las armas hipersónicas.

El temor a China y el hecho de que los futuros submarinos no estarán en servicio antes de finales de la década de 2030 son los argumentos esgrimidos por un conjunto de analistas australianos que animan al gobierno a desarrollar capacidades para proyectar el poder de disuasión australiano en la próxima década. Para ello, apuntan a la necesidad de dotarse con bombarderos, misiles de largo alcance, submarinos de doble tripulación construidos en Estados Unidos y grandes vehículos submarinos o aéreos no tripulados. Así lo pusieron de manifiesto expertos en seguridad australianos y estadounidenses en un acto en el Instituto Hudson.

“Los bombarderos son una posibilidad”, dijo Marcus Hellyer del Instituto Australiano de Política Estratégica. Mark Gunzinger, del Instituto Mitchell de Estudios Aeroespaciales de la Asociación de la Fuerza Aérea y Espacial, añadió que cazabombardero B-21 “forma parte de la familia de sistemas para ataques de largo alcance” que incluye misiles y sistemas no tripulados. La Fuerza Aérea ha recibido seis de estos bombarderos y algunos pueden estar operativos pronto, asegura USINews.

Según Gunzinger, para disuadir a un rival tan formidable como China el objetivo debería ser “construir una capacidad mucho más resistente” que puede ser aportada por bombarderos, que además de la capacidad de ataques de largo alcance pueden mantener abiertas las vías marítimas de comunicación.

Hellyer estima que el primer submarino de propulsión nuclear podría llegar antes de 2040 y se espera que para 2050 tendría otros cuatro más en servicio. “No sirve de nada tener submarinos de propulsión nuclear a menos que pueda mantenerlos”, dijo Hellyer, quien añadió que este tipo de embarcaciones requieren tres veces más tiempo de mantenimiento que los barcos convencionales.

Actualmente, Australia posee seis submarinos convencionales de clase Collins cuya vida útil se va a alargar mientras pretende lanzar un ambicioso programa de modernización para su flota de superficie. Con los astilleros estadounidenses y del Reino Unido al límite, según Hellyer, “tal vez la mejor capacidad provisional que podríamos tener es el bombardero B-21″.

Según USINews, tanto Hellyer como Gunzinger lamentaron que los cazas F-35A y los F/A-18F Super Hornets armados con misiles de 1.000 kilómetros de alcance tendrían un alcance limitado para disuadir a China en el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán. Ambos analistas coincidieron en que los misiles hipersónicos son muy caros y solo se pueden usar una vez. En cambio, añadieron, los sistemas no tripulados pueden desempeñar un papel cada vez más importante en la transición