Influencer
La impactante imagen de la Angelina Jolie “zombie” a su salida de la cárcel
Sahar Tabar concede una entrevista en la que muestra su verdadera identidad y reconoce que todo ha sido una farsa
La iraní Sahar Tabar saltó a la portada de numerosos medios de comunicación de todo el mundo por su imagen demacrada y su sorprendente parecido con la actriz de Hollywood Angelina Jolie, que le valió el sobrenombre de la Angelina Jolie “zombie”. Su peculiar imagen llamó mucho la atención de los usuarios de Instagram y su número de seguidores se disparó hasta los 30.000 en cuestión de meses.
Los rumores entorno a ella comenzaron a dispararse y la leyenda iba engordándose: más de 50 operaciones estéticas, entre las que destacaban rinoplastia, liposucción y procedimientos cosméticos para engrosar los labios que, unido a un cuidado proceso de maquillaje, le daba ese aspecto tan llamativo. Ella había reconocido que había usado prótesis, maquillaje y photoshop: “mis fans saben que no es mi verdadera cara; es una forma de expresarme, un tipo de arte”.
En algunas de las imágenes se la puede ver con un hijab sobre el pelo y una venda blanca en la nariz, como las que se colocan después de una rinoplastia. Tales vendajes son necesarios después de las operaciones de nariz, que son muy comunes en las calles de Teherán. La cirugía estética es muy popular en la república islámica, con decenas de miles de operaciones que se realizan cada año.
Como consecuencia de sus actos, el Tribunal de orientación de Teherán la detuvo en 2019 acusada de insultar “a la religión”, “incitar a la inmoralidad”, de “blasfemia e insultar el código de vestimenta iraní”.
Pocos meses después, fue condenada a 10 años de prisión por promover la violencia, educación ilícita, blasfemia, insultar el velo islámico, difundir odio y alentar a los jóvenes a cometer corrupción a través de sus publicaciones en redes sociales.
La televisión estatal se encargó de elaborar un informe demoledor sobre ella, en el que la describía como “una víctima con una personalidad y un estado mental anormales” que buscaba “vulgaridad” en las redes sociales. También informó de que unos supuestos registros médicos sugerían que tenía una enfermedad mental, con antecedentes de visitas a hospitales psiquiátricos, lo que hacía aún menos explicable la sentencia.
La joven, de 25 años, finalmente fue puesta en libertad, 15 meses después de ingresar en prisión y concedió una entrevista en la que revelaba su verdadera y sorprendente imagen, y en la que confesaba que todo había sido una “estafa” porque nunca se había sometido a ninguna operación estética y que todo era fruto del maquillaje y un uso preciso de una herramienta de retoque fotográfico como Photoshop.
La influencer reconoció durante la entrevista que “quería ser famosa desde que era niña” y que internet le daba la posibilidad de conseguirlo de una manera sencilla gracias a sus habilidades informáticas: “El ciberespacio fue una manera fácil. Fue mucho más fácil que convertirse en actor”, según recoge el diario británico “Daily Star”.
Además, indicó que tras su paso por la cárcel había tomado la decisión de no volver a usar la red social: “Estoy segura de que ya ni siquiera pondré Instagram en mi teléfono, y mucho menos tendré una página”, dijo.
Lo cierto es que el mensaje de Tabar estaba muy dirigido y podría haber sido pactado con las autoridades para que la juventud no quiera seguir sus pasos y se obsesione con la imagen y la cirugía estética. Pero lo que no puede negar es que su rostro sí ha cambiado a lo largo de los años y las cirugías a las que se ha sometido le han dejado huella.
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