Terrorismo
El atentado del aeropuerto de Kabul fue cometido por un periodista que había sido interrogado por la CIA
La franquicia del Estado Islámico en Afganistán publica su primera revista en la que da detalles de la acción criminal
El atentado perpetrado por el Estado Islámico (ISIS, Daesh) el 26 de agosto del año pasado en las proximidades del aeropuerto de Kabul (Afganistán), con el balance de 183 personas asesinadas, 13 de ellas soldados norteamericanos, fue cometido por un periodista. El ISPK, la franquicia de ISIS en la zona, ha publicado el primer número de su revista en inglés “Voice of Khurasan”, que ha conocido LA RAZÓN, en el que asegura que su grupo es el más importante después de los Siria e Irak.
Publicado por Al-Azaim Media Foundation, narra los detalles del citado atentado y del autor del mismo, un tal Abdul Rahman al-Logari. Dice que nació en Pakistán en 1996 en el seno de una familia afgana adinerada, hablaba inglés con fluidez y fue a la universidad en Islamabad, donde estudió periodismo.
Se unió al ISPK en 2016 y se dedicó al reclutamiento de terroristas extranjeros (FTF) para el antiguo califato de ISIS en Irak y Siria a través de las redes sociales. También se formó en la fabricación de bombas de cara a “martirizarse”, cometer un atentado suicida. Al Logari se matriculó en una universidad de Nueva Delhi en 2017 para realizar un atentado suicida pero fue arrestado y deportado a Afganistán, en concreto a la prisión de Bagram para ser interrogado por la CIA.
Nada más salir de la cárcel, el 15 de agosto de 2021, solicitó que se le asignara una misión y fue el que detonó su bomba frente al Aeropuerto Internacional de Kabul cuando un miembro del servicio de seguridad estadounidense estaba a punto de someterle a un cacheo por si llevaba explosivos.
“En la situación actual, nos consideramos más fuertes y más activos que antes –afirma el ISPK-- Estamos comprometidos en nuestros preparativos y vamos a tomar medidas contra los infieles y apóstatas, especialmente de los talibanes politeístas, apóstatas y adoradores de tumbas”.
Sin embargo, ISIS ofrece a los talibanes la posibilidad de rendirse y convertirse en “hermanos en la lucha”. Para ello, tienen que liberar a los prisioneros de Daesh, abominar de los sistemas democráticos,, apartarse definitivamente de los Estados Unidos y del servicio secreto paquistaní. “Viviremos y moriremos juntos; le daremos prioridad en todos los asuntos. De lo contrario, el tiempo de la opresión está fijado... entonces ni la ayuda de Estados Unidos ni el patrocinio de ISI (el citado servicio secreto) te servirán de nada”.
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