Golpes de Estado

Macron da por muerta la Françafrique con la retirada de Níger

El repliegue de las tropas francesas en el Sahel se enmarca en una suerte de segunda ola de descolonización

FILE - Supporters of Niger's ruling junta gather at the start of a protest called to fight for the country's freedom and push back against foreign interference in Niamey, Niger, Aug. 3, 2023. The French troops being forced out of Niger were seen as a key line of decadelong defense amid efforts led by the West, particularly U.S. and France, to fight against jihadi violence in Africa’s hard-hit Sahel region. (AP Photo/Sam Mednick, File)
Los ciudadanos celebraron el golpe de Estado del pasado mes de julioASSOCIATED PRESSAgencia AP

La Françafrique está muerta. Así de claro lo dijo Macron el pasado domingo. No era ningún anuncio sino más bien la constatación de un principio de realidad: el viejo patio trasero colonial se ha desmoronado. El presidente francés anunciaba la retirada forzada de 1.500 militares desplegados en Níger, su último aliado en el Sahel, donde hace una década había lanzado una importante intervención antiyihadista. Tras salir de Malí (agosto de 2022) y de Burkina Faso (febrero de 2023), Níger se había convertido en la pieza clave del nuevo dispositivo de París contra el terrorismo en la región. Pero las piezas han caído como un efecto dominó con golpes de Estado generados en un contexto de sentimiento antifrancés y de una avalancha de desinformación que Francia no duda en atribuir a Rusia. “Seguiremos acompañando al continente africano para luchar contra el terrorismo”, dijo Macron anuciando la retirada el pasado domingo por televisión. “Pero lo hacemos a demanda de los poderes democráticamente elegidos y de las autoridades regionales”, remató.

Hasta el golpe del pasado 26 de julio que derrocó al presidente Mohamed Bazoum, Níger parecía escapar al contexto de inestabilidad de sus vecinos , pero el principio de realidad ha acabado por imponerse con un embajador de Francia, Sylvain Itté, que permanecía recluido en la embajada con reservas escasas de alimentos y agua y sin inmunidad diplomática y un contingente de 1.500 soldados que se han quedado sin misión y sus drones, cazas y helicópteros, en tierra. Este pasado miércoles, el embajador estaba ya de vuelta en París.

"Este tercer golpe en menos de dos años contra la presencia de fuerzas militares en África es el revés más grande para Macron en el continente desde su elección en 2017" afirma el diario Le Monde. Desde África las cosas no se ven de forma muy distinta: "Con este último revés, Francia ve disminuir su influencia y su poder en África" estima el diario senegalés Walf Quaotidien. Al anunciar la retirada del embajador y tropas, Macron cede en el pulso que ha mantenido con los golpistas desde que estos derrocaron y detuvieron a Bazoum hace ahora dos meses. Al mismo tiempo, es la constatación de una realidad: los enviados de Francia ya no podían trabajar en Níger y tenía poco sentido mantener la misión. La retirada de Malí, donde más de 5.000 militares franceses estaban estacionados, se prolongó desde finales de 2021 hasta agosto de 2022.

No son pocos los que critican que Francia "no haya estado despierta a las señales" y ahora "está pagando la factura" como señala para LA RAZÓN Robin Guittard, director adjunto de abogacía en la ONG CCFD Terre Solidaire, con décadas de experiencia en la región. Y, aunque evita hablar de una sola causa, apunta para este periódico: "Los procesos de descolonización en el África francófona han sido muy distintos a los de la parte anglófona. Francia ha querido seguir manteniendo influencia mediante alianzas estrechas con sus excolonias. Ahora vivimos una especie de segunda ola de descolonización de estos países que quieren configurar sus propias alianzas según sus intereses y no los que diga Francia”. Para Guittard, era evidente el descontento que iba calando en las manifestaciones de jóvenes en Niamey o Bamako. Francia sabía que iba desconectándose de estas sociedades pero se ha mantenido en la negación durante años.

Legado del colonialismo

Un 78% de los 27 golpes de Estado en África subsahariana desde 1990 se han producido en naciones francófonas, lo que ha llevado a expertos a preguntarse si Francia, o el legado del colonialismo francés, es responsable de esto. En Níger se acusó al presidente Mohamed Bazoum de ser un títere de los intereses franceses para legitimar su reciente destitución del poder, y desde entonces la junta encabezada por el general Abdourahmane Tchiani ha revocado cinco acuerdos militares con París.

El repliegue francés estos años en África se ha desarrollado en paralelo al avance económico de China y militar de Rusia, por medio de los mercenarios del grupo Wagner, especialmente en el caso de Malí. París también compite en el continente con Estados Unidos que, por ahora, permanece en Níger, donde tiene un millar de militares.

Macron llegó al poder en 2017 con el propósito de refundar la política africana de Francia. Impulsó la reforma del franco CFA, la herencia de la política monetaria de la metrópoli, para que fuese una moneda menos dependiente de París. Encaró el pasado colonial y puso en marcha restituciones de obras de arte expoliadas. Asumió los errores de Francia en episodios como el genocidio de Ruanda. Quiso distanciarse de los viejos líderes y hablar directamente a la juventud como un presidente joven que no cargaba con los lastres del colonialismo. Ahora parece que su discurso favorable a la reconciliación no ha servido para atajar los recelos ante la potencia colonial y la propaganda antifrancesa.