Política

Oriente Medio

Alemania se lanza al rescate del pacto nuclear

La agencia atómica alerta de que el país de los ayatolás ha aumentado su tasa de producción de uranio enriquecido.

El presidente de Irán, Hasan Rohani, estrecha la mano del ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, durante su reunión de ayer en Teherán
El presidente de Irán, Hasan Rohani, estrecha la mano del ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, durante su reunión de ayer en Teheránlarazon

La agencia atómica alerta de que el país de los ayatolás ha aumentado su tasa de producción de uranio enriquecido.

Ya no el cumplirlo sino el salvarlo es la meta que se han propuesto los países europeos firmantes del pacto nuclear con Irán para frenar la escalada bélica en el Golfo. Con este objetivo, el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, llegó ayer a Teherán tras haber visitado Bagdad como parte de su gira por la región. La visita no se le presentaba fácil, ya que se iba a topar con la barrera del escepticismo del régimen iraní hacia la UE. Antes de la llegada de Maas a Teherán, los líderes iraníes habían criticado al presidente francés, Emmanuel Macron, y a la UE por no haber hecho suficiente para normalizar las relaciones económicas con Teherán tras la salida de EE UU del pacto nuclear. Así, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Abbas Musavi, señaló que, hasta la fecha, Teherán «no ha visto pasos prácticos» por parte de estos países «para garantizar los intereses de Irán».

El propio Mohamad Zarif, antes de reunirse con su homólogo alemán, declaró que «lo que los occidentales hacen con respecto al entendimiento nuclear no tiene importancia, cuentan los resultados. Dicen que han hecho lo máximo, pero no es así». Ante este panorama, Maas intentó hacer lo que estaba en sus manos para convencer a los iraníes de los esfuerzos de Europa para salvar el acuerdo nuclear. La UE trata de «compensar la retirada de EE UU» del pacto y cumplir con sus obligaciones, pero reconoció que «no puede hacer milagros», declaró en rueda de prensa conjunta con Zarif, ante la mirada escéptica de su colega. «El único camino para reducir estas tensiones es el fin de la guerra económica» de EE UU contra Irán, respondió tajante su homologo iraní. No obstante, el jefe de la diplomacia alemana insistió en que Europa quiere que Irán se beneficie del pacto, y recordó que levantaron las sanciones internacionales contra Teherán a cambio de limitar el programa atómico iraní. Pero Maas se dio cuenta que para lidiar con las autoridades iraníes hace falta más que buenas intenciones, y que se les acabó la paciencia.

El ultimátum del presidente Hasan Rohani sigue adelante y el tiempo corre en contra de la UE. Rohani dio un plazo de 60 días para enmendar las sanciones económicas de EE UU a Irán o dejará de cumplir con parte de sus compromisos nucleares como los límites al nivel de enriquecimiento de uranio. Pero, al parecer, el régimen iraní no está dispuesto a esperar a que venza el plazo, y ayer el director del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, advirtió de que Irán ha acelerado su ritmo de producción de uranio enriquecido en los últimos días y se mostró preocupado por la creciente tensión con el acuerdo nuclear. Amano no precisó cuándo, de seguir con el actual ritmo, Irán podría superar ese límite máximo de 300 kilos establecido por el JCPOA [pacto nuclear], ya que existían «fluctuaciones» en la producción.

Europa juega su última baza con el régimen iraní y lo que más importa es tratar de sosegar la situación y ayudar a levantar cabeza a Irán, asfixiada por las sanciones de EE UU. En este sentido, Maas adelantó que el mecanismo financiero para sortear las sanciones y facilitar el comercio con Irán, llamado Instex, estará en funcionamiento «pronto». Aunque tanto EE UU como Irán aseguran que no buscan una guerra, Zarif volvió a advertir de que de ser atacado, «el otro país no será el que acabe la guerra». En plena escalada diplomática y bélica con Washington, Teherán volvió a sacar músculo con la presentación el domingo del nuevo sistema de defensa aérea «Jordad 15», de fabricación iraní, capaz de derribar seis objetivos al mismo tiempo. Combinado con los misiles de largo alcance «Sayyad-3», este sistema es capaz de detectar objetivos en un rango de 85 kilómetros e impactar con una autonomía de 45.