Elecciones en Estados Unidos
Alerta máxima en los cuarteles del Partido Republicano
Los demócratas amenazan su hegemonía en la Cámara de Representantes y el Senado.
Los demócratas amenazan su hegemonía en la Cámara de Representantes y el Senado.
A Paul Ryan, el portavoz de la Cámarade Representantes, el republicano de más rango del partido, le costó desde el principio apoyar al candidato a la Presidencia Donald Trump. Hace unos días protagonizó una dura pelea contra el líder de la mayoría conservadora en el Senado, Mitch McConnell, y el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus. Ryan quería que el partido se alejase de manera clara de Trump después de la controvertida filtración de sus comentarios vejatorios sobre las mujeres. McConnell y Priebus alegaron que debían respaldarle. Ryan decidió emitir un comunicado en el que explicó que no iba a hacer campaña a favor de Trump después de cancelar un acto conjunto en Wisconsin. El gobernador de ese estado, Scott Walker, es republicano.
Ayer, Paul Ryan, que se presentó como candidato a la vicepresidencia en 2012 con Mitt Romney, advirtió del «escenario de pesadilla que podríamos tener si los demócratas se hacen con la mayoría del Congreso», que actualmente disfrutan los republicanos, en clara referencia al «efecto Trump». «Si Hillary Clinton gana las elecciones y con su tirón convierte la Cámara (Baja) y el Senado en demócratas, tendrá la misma vía libre que el presidente Obama durante los sus primeros años en la Casa Blanca», reconoció Paul Ryan, que podría tener aspiraciones presidenciales en 2020 –en unas declaraciones sorprendentes por su extraña claridad.
Hace meses, Ryan esperaba que los conservadores, que superan en 59 asientos en la Cámara de Representantes a los demócratas, cediesen entre cuatro y seis legisladores. En cambio, ahora después de los escándalos de acoso sexual, Ryan teme que la mayoría republicana se hunda con Trump el día de las elecciones presidenciales, en el que también se decide un tercio (34) de los 100 asientos del Senado y los 435 de la Cámara Baja.
El experto del Centro de Política de la Universidad de Virginia Geoff Skelley admite que, «tradicionalmente, se considera que el candidato presidencial puede influir de manera positiva o negativa en el resultado de las elecciones del resto de su partido. Además, en este caso se espera una mayor participación en las elecciones presidenciales. Por todo esto, puede tener cierto impacto», reconoce Skelley. Por su parte, el analista político Robert Poredos apunta directamente a Trump. «Todo es por él. Con otro candidato republicano no sería tan importante, pero Trump amenaza con destruir todo. Me refiero al sistema democrático que ha sido construido durante los últimos 200 años. No sólo es en cuanto a las mujeres (el asunto que tiene más visibilidad). Es todo. Su carácter. No puede aguantar la presión. No puede tragarse nada. Esto no tiene precedentes. Amenazar a su oponente con la cárcel. Esto es algo que ocurre en otros países. Pero no en este país. Por ejemplo, Gerald Ford perdonó a Richard Nixon, y por eso perdió las elecciones. Pero entendió que si Nixon iba a la cárcel, se podía perjudicar al sistema. Con el segundo debate, ¿qué candidato normal se levanta a las tres de la mañana y escribe sobre el peso de Miss Universo?», se interroga a modo de reflexión. «O quizá estaba despierto. No lo sé», reconoce irónico el experto.
Desde el primer debate, la ventaja de Hillary Clinton ha aumentado. En la media de las encuestas, la candidata va arriba entre cinco y ocho puntos; varían si incluyen o no a los candidatos de otros partidos. Skelley apunta que «hay empates en las carreras del Senado en los estados de Nevada, Missouri, Indiana, Carolina del Norte, Pensilvania y New Hampshire». Sin embargo, el efecto Donald Trump se empieza a dejar sentir en Pensilvania, New Hampshire, Nevada y Carolina del Norte. «En estos días, los demócratas tienen muchos lugares en su punto de mira, mientras que los republicanos van a jugar a la defensiva. Tienen que hacer lo que sea para guardar entre 24 y 34 asientos, pero cuando hay tanto que proteger, es difícil mantenerlo todo», reconoce el experto. Su análisis dibuja una situación muy parecida a la que sufrieron los demócratas hace dos años.
En la Cámara de Representantes, los republicanos tienen una mayoría más amplia. Si no se cuentan las vacantes, disfrutan de 247 de los 435 asientos. Mientras, los demócratas tienen 188. La líder de la minoría, Nancy Pelosi, de California, sabe que puede ganar 30 asientos a los conservadores si Trump sigue con sus escándalos en su camino hacia la Casa Blanca. Después del primer debate, sólo tenía un uno por ciento de posibilidades de recuperar la Cámara Baja, pero las encuestas ahora se han puesto de su parte. Todavía así, los republicanos tienen de su parte que la distribución del mapa electoral después de la modificación del censo de 2010 les favorece.
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