Guerra en Ucrania

¿Armas químicas en Ucrania?: Kyiv acusa a Moscú de usar cloropicrina en el frente

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW) no ha podido verificar la utilización de esta sustancia tóxica que causa irritación de los pulmones, los ojos y la piel, así como vómitos y náuseas

A Ukrainian servicemen aka "Kherson",center, deputy commander of Arey Battalion prepares a machine gun during training at the polygon, in the Dnipropetrovsk region, Ukraine, Saturday, June 22, 2024. Ukraine is expanding its military recruiting to cope with battlefield shortages more than two years into fighting Russia’s full-scale invasion. (AP Photo/Evgeniy Maloletka)
Un militar ucraniano prepara una ametralladora durante un entrenamiento en la región de Dnipropetrovsk, Ucrania, el sábado 22 de junio de 2024ASSOCIATED PRESSAgencia AP

Las autoridades ucranianas han acusado a Rusia de violar la convención internacional sobre el uso de armas químicas de forma recurrente desde que comenzara la invasión a gran escala en febrero de 2022. En mayo, Reino Unido, Estados Unidos y otros países occidentales se sumaron a la condena contra las prácticas del Ejército ruso por el uso de cloropicrina contra las tropas ucranianas. La cloropicrina es una sustancia irritante utilizada durante la Primera Guerra Mundial como agente químico de guerra. Comparte características con el gas lacrimógeno, aunque su uso militar no está autorizado por la Convención Internacional sobre Armas Químicas, de la que Rusia es signataria.

«El uso de tales sustancias químicas no es un incidente aislado y probablemente está motivado por el deseo de las fuerzas rusas de desalojar a las fuerzas ucranianas de posiciones fortificadas y lograr avances tácticos en el campo de batalla», recogía el comunicado emitido en mayo por el Departamento de Estado de EE UU.

Moscú, sin embargo, sigue utilizando de forma «sistemática» este agente asfixiante en sus ofensivas a lo largo de la línea del frente, según Kyiv. Utilizado en muchos países como pesticida y fumigante, este producto químico causa irritación de los pulmones, los ojos y la piel, así como vómitos y náuseas

«Yo mantenía la línea defensiva en el otro extremo de la trinchera y no vi caer la granada, solo el espeso humo verde que se arremolinaba a mi alrededor», recordaba el soldado Anton Shmahai, ametrallador de la 108ª Brigada de Defensa Territorial de Ucrania, en conversación con el diario británico The Times. «Inhalé mucho. Me ardía la piel descubierta y la garganta. Me salían lágrimas de los ojos y sentía que me ardían. Perdí el conocimiento».

Tras perder el conocimiento, sus compañeros le pusieron una máscara antigás que le hizo recuperar la consciencia. Pero Shmahai, hospitalizado en Zaporiyia, sigue teniendo problemas para respirar. Y los médicos no están seguros de qué contenía exactamente la granada que detonó en su trinchera. «Si lo supieran, les sería más fácil tratarme», explicaba el militar.

Más de 500 soldados ucranianos han sido tratados tras sufrir ataques con armas químicas. El teniente coronel Maksym Kravchuk, portavoz del Mando de las Fuerzas de Apoyo de las Fuerzas Armadas ucranianas, declaró a The Times que Rusia había utilizado más de 3.000 sustancias químicas contra sus tropas desde el inicio de la ofensiva en febrero de 2022.

Ucrania sigue denunciando los hechos, pero la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés) sigue sin estar convencida. En mayo, cuando Washington y Londres acusaron a Moscú del uso de cloropicrina, el organismo declaró que las alegaciones no estaban «suficientemente fundamentadas», pero reconoció que la situación era «extremadamente preocupante». La OPCW también desestimó las acusaciones cruzadas planteadas por Rusia.

La situación sobre el terreno dificulta la obtención de pruebas. «Cuando los médicos van al frente, su prioridad es recuperar a los heridos», trasladó al rotativo británico Ruslan, un médico militar ucraniano. «Los muertos se recogen más tarde, momento en el que cualquier rastro de sustancias químicas habrá desaparecido. En este sentido, los productos químicos son el arma ideal».