Defensa

Así son los misiles Tomahawk, la poderosa arma que España puede (pero no quiere) tener para su submarino S-81 Isaac Peral

El Gobierno comunicó varios años atrás al Pentágono su negativa a la compra pese a que el pacto estaba firmado y se encontraba dentro del Programa S-80

Un misil Tomahawk de Estados Unidos
Un misil Tomahawk de Estados Unidos La Razón

El Programa S-80 de las fuerzas españolas continúa teniendo buenas sensaciones, en especial por el S-81 Isaac Peral. Más de veitne años después de que arrancase el programa, la Armada española recibe el primero de los cuatro submarinos este jueves. "Supone un salto tecnológico sustancial", decía su comandante a LA RAZÓN. De entre todas las ventajas, también tiene la posibilidad de llevar misiles Tomahawk, un poderoso arma que, sin embargo, España se ha negado a comprar a Estados Unidos pese a que incrementaría el poderío del submarino.

Se tratan del armamento más poderoso con el que están dotados los destructores clase Arleigh Burke de la Marina de Estados Unidos. Son misiles que funcionan gracias a la tecnología GPS, y su margen de error es tan solo de diez metros. Pero no destacan solo por su precisión, sino que también son muy difíciles de interceptar y tienen una gran capacidad de volar a baja altitud operativa.

Fabricados por la empresa estadounidense Raytheon Tecnologies, los misiles Tomahawk también suelen llevar ojivas de hasta 454 kilos y están diseñados para volar a bajas altitudes, llegando hasta los 885 kilómetros por hora.

Cada uno de ellos mide más de seis metros de longitud, pesa más de 1.500 kilos y son capaces de alcanzar objetivos de hasta 1.600 kilómetros de distancia. Asimismo, en su versión nuclear puede alcanzar blancos enemigos que se encuentren a 2.500 kilómetros de distancia.

España llegó a negociar con Estados Unidos la compra de una partida de Tomahawk para ser empleados en sus fragatas F-100 y en los nuevos sumergibles de S-80, pero la Armada desistió por el momento incorporar el armamento. Por el momento solo Estados Unidos y Reino Unido utilizan estos misiles.

En 2009, el PSOE comunicó al Pentágono la renuncia a dicha compra y de momento no está previsto volver a solicitarlos. Fue la ministra de Defensa en aquel gobierno de Zapatero, Carme Chacón, quien comunicó su negativa a la compra que había sido pactada unos años antes por su antecesor José Bono. La razón fue que las Fuerzas Armadas tenía "otras prioridades", coincidiendo con la crisis económica financiera.