Guerra Fría
China alerta sobre un conflicto con EE UU por su estrategia de contención
En su debut como ministro de Exteriores, Qing Gang, mantuvo un tono beligerante respecto a Washington a quién acusó de querer "controlar" a China y ensalzó su relación con Rusia como un ejemplo de "estabilidad"
China se perfila dispuesta a mantener su asertiva postura en la escena mundial, a pesar de la remodelación en ciernes de su cúpula de política exterior. En su primera comparecencia ante los medios de comunicación como ministro de Asuntos Exteriores, celebrada el martes al margen del cónclave político de las "Dos sesiones", Qin Gang esbozó la agenda en materia de asuntos internacionales para los próximos años, presentando a China y su relación con Rusia como un baluarte de fortaleza y estabilidad, y a Estados Unidos y sus aliados como una fuente de tensiones y conflictos.
En su debut, el ministro adoptó un enfoque beligerante y reservó gran parte de su salva diplomática para criticar con dureza a sus adversarios. Este acusó al Gobierno de Biden de crear bloques militares en la región Indo-Pacífica para "controlar a China". Asimismo, advirtió a Washington de que no cruzara la "línea roja" en Taiwán y, sin nombrar directamente a este país, afirmó que "una mano invisible" estaba intensificando la guerra en Ucrania “para obtener beneficios geopolíticos”.
Al tiempo que China defiende que el objetivo de su política exterior es salvaguardar la paz mundial y promover el desarrollo común, sus dirigentes abogan por perpetuar su "espíritu de lucha". Defendiendo a ultranza los lazos de Pekín con Moscú, un combativo Qin afirmó que sus vínculos "no suponen una amenaza para nadie, ni serán interferidos o sembrados de discordia por terceros". "Cuanto más inestable se vuelve el mundo, más imperativo es para ambos avanzar en nuestras relaciones", advirtió.
La "Estrategia Indo-Pacífica" de Estados Unidos pretende salvaguardar la seguridad regional, pero en realidad provoca enfrentamientos y pretende crear una versión de la OTAN para Asia-Pacífico", declaró Qin, que asumió el cargo a finales del año pasado. China ha sido contundente en sus criticas con esta estrategia y con la agrupación Quad, formada por Estados Unidos, India, Japón y Australia, además de atacar a menudo la AUKUS, una alianza entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos, alegando que su objetivo es el de contener su ascenso.
En una actitud retadora respecto a las relaciones bilaterales, Qin continuó afirmando que el "conflicto y la confrontación" eran inevitables si Washington no cambiaba su estrategia de contención hacia China. "Si no pisa el freno, y continúa acelerando por la senda equivocada, ninguna barandilla podrá evitar un descarrilamiento, y con seguridad estallará un conflicto y una confrontación", advirtió.
Esa retórica siembra dudas sobre la sostenibilidad del acuerdo alcanzado por Xi y Biden en su reunión de Bali (Indonesia) en noviembre para contener el deterioro de las relaciones entre sus países.
Los lazos entre ambas potencias se han visto enturbiados por una serie de frentes que van desde el comercio a los derechos humanos, la transparencia sobre el origen del coronavirus que desencadenó la pandemia del virus covid-19, sin olvidar el reciente derribo de un supuesto globo espía chino por la aviación estadounidense.
El ministro prosiguió con la línea de neutralidad de su país en el actual conflicto ucraniano, que Pekín se ha negado a calificar de invasión rusa del país del este de Europa. China, dijo en tono intransigente, “no es el creador de la crisis, ni tampoco una parte directamente afectada”. Además, recordó que Pekín no ha suministrado armas a ninguno de los dos bandos en contienda en Ucrania, en un contexto en el que funcionarios estadounidenses han advertido de "consecuencias" no especificadas en caso de que el gigante asiático envíe armas a Rusia. "¿Qué ha hecho China para merecer ser culpada, o incluso sancionada y amenazada? Esto es absolutamente inaceptable", defendió Qin.
A su juicio, parece haber "una mano invisible que presiona para prolongar y agravar el conflicto y utilizar la grave crisis ucraniana al servicio de una determinada agenda geopolítica". Subrayando que “el conflicto, las sanciones y la presión no resolverán el problema”, Qin apuntó que “se necesita calma, razón y diálogo”, y llamó al inicio cuanto antes de un proceso de conversaciones de paz.
El funcionario defendió la cuestión de Taiwán por “ser la piedra angular de los cimientos políticos de las relaciones chino-estadounidenses y la primera línea roja que no debe cruzarse”. Mientras exhibía un ejemplar de la Constitución china, afirmó que la isla es un asunto interno y que el país se reserva la opción de tomar las medidas que considere necesarias para lograr la "reunificación". "¿Por qué Washington habla de respetar la soberanía y la integridad territorial en la cuestión de Ucrania, mientras que no respeta la soberanía y la integridad territorial de China en la cuestión de Taiwán? ¿Por qué Estados Unidos pide a China que no proporcione armas a Rusia mientras este sigue vendiendo armas a Taiwán?".
Estas declaraciones se produjeron en el marco de una posible reunión entre la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Kevin McCarthy, en abril. Quin recogió el testigo de su predecesor, Wang Yi, que ocupó el cargo durante casi una década y ha sido ascendido a director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores. Se ha ganado la reputación de ser una de las voces más feroces dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores y asumió el cargo de embajador en Estados Unidos en julio de 2021, coincidiendo con un momento histórico en el que las relaciones entre China y Estados Unidos se encontraban en su punto más bajo.
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