Tráfico ilícito
Revelan una red que trafica mujeres para fiestas sexuales en los distritos más lujosos de Dubái
Fueron obligadas a cumplir actos sexuales degradantes; el presunto responsable, Charles Mwesigwa, niega las acusaciones mientras las autoridades de Dubái no responden
Una investigación de la BBC ha sacado a la luz la existencia de una red que explotaba sexualmente a mujeres ugandesas en Dubái, dirigida presuntamente por Charles "Abbey" Mwesigwa. Entre las víctimas se encuentra Monic Karungi, quien llegó desde el oeste de Uganda con la esperanza de trabajar en un supermercado, pero terminó compartiendo vivienda con decenas de mujeres obligadas a realizar actos sexuales degradantes, según relataron otras mujeres que vivieron con ella.
Según testimonios recopilados por la BBC, Mwesigwa imponía a las mujeres deudas crecientes por vuelos, visados, alojamiento y comida, que podían superar los 27.000 dólares en pocas semanas. Las jóvenes se veían obligadas a cumplir con los deseos de clientes, muchos de ellos europeos, que incluían fetiches extremos y humillaciones físicas, describen las supervivientes. Lexi, otra mujer rescatada de la red, relató que los abusos incluían actos sexuales con violencia y humillaciones raciales.
La BBC documentó además que Mwesigwa operaba desde apartamentos de lujo en Dubái, utilizando a mujeres y a terceros para alquilar propiedades y vehículos, de manera que su nombre no apareciera en ningún registro. Michael, un familiar de Monic, denunció que la policía suspendió la investigación tras encontrar drogas y alcohol en el apartamento donde Monic murió, y que no se entregaron restos ni informes toxicológicos a la familia.
El caso de Monic comparte similitudes con el de Kayla Birungi, otra ugandesa fallecida en circunstancias similares en 2021, también vinculada a propiedades gestionadas por Mwesigwa, según comprobó la BBC. La red parece formar parte de un entramado más amplio que conecta Uganda con el Golfo Pérsico, aprovechando la migración juvenil para trabajos en el extranjero, que en apariencia son legítimos pero que esconden explotación sexual.
Charles Mwesigwa negó ante la BBC las acusaciones y aseguró que no dirigía ninguna red de prostitución. Según él, las mujeres acudían libremente a sus eventos y no les debía dinero. Las autoridades de Dubái no respondieron a las solicitudes de información de la BBC sobre las investigaciones de las muertes de Monic y Kayla. Mientras tanto, organizaciones ugandesas advierten que muchas mujeres permanecen en riesgo, atrapadas en un sistema que les prometió oportunidades laborales y terminó explotándolas.