Guerra de Ucrania

El avance ucraniano en Bajmut ahonda la brecha entre Wagner y el Ejército ruso

Moscú reconoce pérdidas territoriales en el enclave y Prigozhin responsabiliza de la “derrota” al alto mando militar ruso

La cúpula del Ejército ucraniano ha anunciado un avance significativo en Bajmut, el epicentro de los combates en el Donbás. Es la primera victoria de peso para Kyiv desde marzo, y llega en la antesala de la esperada contraofensiva que pretende recuperar territorio en las cuatro regiones bajo ocupación militar rusa. El presidente Volodímir Zelenski ha pedido tiempo para poner en marcha la operación a gran escala, pero sus tropas se adelantaron el miércoles forzando la retirada de una brigada rusa de una zona estratégica de la ciudad.

El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el teniente general Ígor Konashénkov, dijo que la situación estaba “bajo control” en Artemivsk, la denominación rusa para Bajmut, así como en el resto de posiciones en la línea del frente. Sin embargo, el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeny Prigozhin desmintió la versión del estamento militar ruso. “El camarada Konashénkov, por decirlo suavemente, nos está jugando una mala pasada”, denunció el oligarca a través de un vídeo difundido en Telegram.

“Simplemente hubo una huida de las unidades del Ministerio de Defensa”, señaló Prigozhin, que amenazó la semana pasada con retirar a sus mercenarios de la ciudad en caso de que no les suministraran munición suficiente para mantener sus posiciones. De acuerdo con la versión del jefe de Wagner, la retirada del miércoles dejaba a las fuerzas ucranianas “a una distancia de 500 metros” del centro de Bajmut.

Finalmente, Konashénkov ha reconocido este viernes que Ucrania había lanzado un asalto al norte de Bajmut con más de 1.000 soldados y hasta 40 carros de combate que les había hecho retroceder, en lo que sería la mayor ofensiva de Kyiv en los últimos seis meses. “Ahora vemos que el enemigo intensifica sus actividades. Está especialmente activo en la dirección de Artemivsk (Bajmut). Aunque en este momento, no hay contraofensiva a gran escala de la que tanto se hablaba”, ha declarado a la agencia TASS el teniente coronel prorruso de la República Popular de Lugansk, Andrey Marochko.

Prigozhin volvía a cargar contra el titular de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, Valeri Guerásimov, con los que mantiene una agria disputa por tomar la iniciativa de la invasión. “[Ambos] lograron con sus acciones reducir el número de mercenarios para que no pudiéramos mantener los flancos, después decidieron sustituirnos por sus valientes militares. Pero huyeron”, insistía el oligarca. “No nos dan armas y equipo militar, esperando que Wagner finalmente se desinfle”.

Prigozhin explicó que, entre las cuatro condiciones que habría pactado con el alto mando militar para entrar en combate en Bajmut, estaba la de recibir munición “en la cantidad que exijamos”, lo que, según sus denuncias, no ha ocurrido. En el mensaje de Telegram, el fundador de Wagner revelaba que su enlace con el Ejército ruso era el general Serguéi Surovikin, conocido como el carnicero de Siria, que fue destituido en enero sólo tres meses después de tomar las riendas de la “operación militar especial” en Ucrania.

Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo Wagner
Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo WagnerASSOCIATED PRESSAgencia AP

Las declaraciones del oligarca han sido cuestionadas a lo largo de los últimos meses. Buena parte de sus anuncios han sido desmentidos, bien por Kyiv o bien por Moscú. Pero ponen de relieve la libertad con que se expresa. “El arte escénico de las denuncias airadas de funcionarios del Ministerio de Defensa forma parte de un juego de poder sancionado por Putin”, trasladaba a este periódico el investigador principal del Chatham House, Keir Giles. “Sin su aprobación personal, Prigozhin habría sido relegado al olvido hace mucho tiempo”.

“Prigozhin ha sido muy franco durante la última semana con sus ataques al ministro de Defensa ruso en términos bastante emotivos y personales”, apunta Brian D. Taylor, director del Moynihan Institute of Global Affairs, en conversación con LA RAZÓN. “Yo esperaría que Putin le frenara y pusiera fin a esta disputa pública; si no, otros miembros de la élite empezarán a preguntarse cómo se le permiten a Prigozhin tales arrebatos. Supongo que [Prigozhin] está perdiendo influencia y por eso lo hace, pero no lo sabemos con certeza”.

Mientras, la cúpula militar del Ejército ruso guarda silencio ante las constantes descalificaciones del oligarca. Sólo ha salido a desmentirle para puntualizar que Ucrania todavía no ha iniciado la contraofensiva, cuando Prigozhin había dicho que esta se encontraba “en pleno apogeo”. Según el jefe de la compañía militar privada, “todas las unidades [ucranianas] que han sido entrenadas, han recibido las armas y el equipamiento necesario, los putos tanques y todo lo demás están totalmente preparadas, y después de que prueben sus fuerzas, estiren sus músculos, irán en dirección norte y sur”.

Ambiciones

Hace apenas unos meses, Prigozhin preconizaba que Wagner debería “pasar de ser sólo un ejército privado, el mejor del mundo, capaz de defender al Estado, a ser un ejército con una ideología”. “Y esa ideología es la lucha por la justicia”, subrayaba entonces. El exconvicto, que pasó nueve años en la cárcel por delitos menores en la Rusia de los años 80, salió de las sombras el año pasado para presumir de ser la punta de lanza del Kremlin en la invasión y granjearse apoyos para una eventual carrera política.

El oligarca ha aprovechado la oportunidad para tejer vínculos con gobernadores regionales y políticos ultranacionalistas. Pero su controvertido perfil público, su influencia política y su tendencia a descalificar a los altos mandos del Ejército están empezando a levantar ampollas en el Kremlin.

Según TASS, Vladímir Putin ha mantenido este viernes una reunión por videoconferencia con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, en la que han estado presentes entre otros el secretario del Consejo Presidencial, Nikolái Patrushev, y el cuestionado Shoigú. El presidente ruso escogió bando hace tiempo.