Europa

La ayuda a Ucrania planea sobre las elecciones polacas

La formación ultra Confederación puede convertirse en el árbitro del nuevo gobierno. En su agenda exterior está el fin de la asistencia a Zelenski

Lodz (Poland), 07/10/2023.- Leader of main opposition party Civic Platform (PO) Donald Tusk speaks during the Civic Platform party meeting with local residents in Lodz, central Poland, 10 October 2023. Parliamentary elections are scheduled on 15 October when Poles will elect 460 MPs and 100 senators for a four-year term. (Elecciones, Polonia) EFE/EPA/MARIAN ZUBRZYCKI POLAND OUT
Donald Tusk, el principal candidato opositor en las elecciones de PoloniaMARIAN ZUBRZYCKIAgencia EFE

Nadie duda de que este domingo se celebran unas elecciones trascendentales para el futuro no sólo de Polonia sino del conjunto de la Unión Europea. El Partido de Ley y Justicia (PiS por sus siglas en polaco) parte como favorito y podría revalidar un tercer mandato. Desde que llegó al poder en el año 2015 se ha distinguido por sus constantes choques con Bruselas, debido a lo que las instituciones europeas consideran una deriva autoritaria caracterizada por la falta de independencia del sistema judicial y ciertas leyes polémicas para el colectivo LGTBI.

En el otro lado del ring, el partido que puede arrebatar el gobierno al PiS es la Plataforma Cívica de Donald Tusk, perteneciente al Partido Popular Europeo y que fue primer ministro del país durante siete años. Es también un viejo conocido de los pasillos comunitarios, ya que fue presidente del Consejo desde 2014 y 2019. Su victoria sería toda una celebración en Bruselas, ya que ha prometido una reforma del sistema judicial para que éste recupere su independencia respecto al poder ejecutivo, lo que permitiría desbloquear los fondos europeos post pandemia. Bruselas se niega a su desembolso hasta que Varsovia no enmiende su deriva autoritaria.

Pero frente a estos dos antagonistas, el escenario se complica aún más. Los últimos sondeos avecinan un hemiciclo fragmentado en el que la llave de gobierno puede estar en manos de la tercera fuerza en liza, un partido considerado de ultraderecha llamado Confederación y que podría hacerse hasta con el 10% de los sufragios, si se acaban cumpliendo los vaticinios de algunas encuestas.

Confederación es un partido formado a partir de diferentes fuerzas que comparten un ideario común marcado por la defensa de los bajos impuestos, el conservadurismo en asuntos como el aborto o los derechos LGTBI y el rechazo a la inmigración, lo que incluye no sólo a la musulmana sino también a los refugiados ucranianos que se han alojado en el país tras el comienzo de la invasión por parte de Vladimir Putin. Si en el terreno de las costumbres, muchas de sus ideas son muy parecidas a las del PiS, su programa difiere completamente cuando hablamos del apoyo a la guerra en Ucrania.

Aún es pronto para saber qué puede hacer Confederación si sus votos son decisivos para la formación de Gobierno. Como muchos partidos que actúan en los márgenes, su perfil antisistema les convierte en muy atractivos para parte de los votantes, hastiados de las fuerzas tradicionales. Pero esto mismo les hace muy difícil entrar en gobiernos de coalición, ya que amoldarse al estatus quo les hace perder parte de su razón de ser. Su éxito entre los jóvenes votantes que van a acudir por primera vez a las urnas parece incontestable. Según un estudio, un tercio depositarán su papeleta con el nombre de Confederación

Algunos analistas vaticinan que pueden apoyar a un gobierno del PiS en minoría, mientras otros creen que algunos diputados de Confederación pueden acabar siendo atraídos por el PiS. Su apoyo a Tusk parece mucho más complicado. Uno de los líderes de Confederación es Slawomir Mentzen, de tan sólo 36 años, que ha esbozado un programa de cinco puntos entre los que se encuentran «impuestos simples y bajos» y «cero beneficios sociales para los ucranianos».

Aunque Bruselas está relativamente acostumbrada a los choques con Polonia por asuntos como el respeto al Estado de derecho y ciertas leyes de tinte conservador, la situación puede complicarse mucho si a estas tensiones se unen divergencias sobre el apoyo a Ucrania. A pesar de que la relación entre Varsovia y Bruselas ha sido tumultuosa en los últimos años, las aguas se calmaron relativamente con el estallido de la guerra en Ucrania. Los países del Este habían estado alertando en las últimas décadas sobre las ansías expansionistas de Vladimir Putin mientras el eje franco-alemán apostaba por contemporizar con Moscú y Berlín creía que la dependencia energética respecto a Rusia no era un problema sino una solución.

La entrada en Ucrania de las tropas de Putin legitimó los argumentos del bloque del Este y Varsovia se convirtió en uno de los grandes apoyos de Kyiv en el envío de armamento, la acogida de un millón de demandantes de asilo ucranianos - aunque en el pasado Polonia había boicoteado sin cesar el reparto en cuotas obligatorias de los refugiados sirios- y su papel logístico como país de transito de todo el armamento que los europeos están enviando al país invadido por Rusia.

Pero esta ayuda inquebrantable se ha aminorado en las últimas semanas después de que la entrada masiva de grano ucraniano al país haya empobrecido a sus agricultores. Varsovia ha anunciado que cumplirá con sus compromisos de envío de armamento, pero que después se centrará en modernizar su propio ejército.