Guerra en Ucrania

"Una bomba de relojería tóxica": un estudio revela el impacto ambiental oculto tras la destrucción de la presa de Kajovka

Se trataba de una de las presas más importantes del país. Ucrania y Rusia se han acusado mutuamente de perpetrar el ataque que llevó a su colapso

Imagen de archivo de la presa de Kajovka, en el erío Dnipro a su paso por Jersón
Imagen de archivo de la presa de Kajovka, en el erío Dnipro a su paso por JersónCaptura de vídeo

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, Moscú ha centrado sus ataques en algunas de las principales infraestructuras del país, utilizándolos como herramienta de presión al condicionar el acceso de la población a servicios esenciales como electricidad, agua potable y calefacción. A su vez, estas acciones han disparado el coste de estos recursos básicos, provocando serias dificultades para la población y obligando a miles de personas a desplazarse, como documenta la Misión de Observación de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ucrania.

Estas ofensivas han continuado incluso ante el inicio de las conversaciones para el alto fuego entre ambos bandos. El último de estos ataques habría tenido lugar este lunes. La empresa nacional eléctrica ucraniana, Ukrenergo, anunció nuevos cortes de luz como resultado de un asalto ruso con drones kamikaze, que habría alcanzado "infraestructuras energéticas de varias regiones".

1,7 kilómetros cúbicos de sedimentos contaminados

Las presas han sido otro de los grandes objetivos estratégicos. Uno de los episodios más devastadores se produjo el 6 de junio de 2023, con la destrucción de la presa de Kajovka, en el sur de Ucrania. El colapso de una de las mayores infraestructuras hidráulicas del país provocó la inundación de vastas áreas, anegando campos de cultivo, pueblos y ciudades cercanas. El desastre forzó la evacuación de la población local, que en ese momento vivía bajo ocupación rusa, y dejó un trágico saldo de al menos 17 muertos, además de cuantiosos daños materiales. Tanto Ucrania como Rusia se acusaron mutuamente de la destrucción de la presa.

Presa de Nova Kajovka en Ucrania
Presa de Nova Kajovka en UcraniaTania NietoLA RAZÓN

Pero las consecuencias del colapso de Kajovka van más allá de la crisis humanitaria. Un estudio publicado en la revista Science y encabezado por el Instituto Leibniz de Ecología de Aguas Dulces y Pesca Continental (Alemania) alerta de los efectos medioambientales a largo plazo de este desastre. La investigación concluye que el rápido drenaje del embalse liberó hasta 1,7 kilómetros cúbicos de sedimentos contaminados con metales pesados, nitrógeno y fósforo, lo que los científicos describen como "una bomba de relojería tóxica". Según los expertos, esta contaminación supone "una amenaza a largo plazo para los ecosistemas de agua dulce, estuarinos y marinos que, en gran medida, se ha pasado por alto".

Las repercusiones de este desastre seguirán afectando a la región en el futuro. Como recoge EFE, la persistencia de los contaminantes supone un grave riesgo tanto ecológico como para la salud humana, lo que continuará siendo motivo de gran preocupación, aunque también abre la puerta a la esperanza, ya que el estudio sugiere que en 5 años se espera un restablecimiento del 80% de las funciones del ecosistema perdidas por la presencia de la presa.